El sol en la cara, el olor a tierra mojada, los arcoíris 'de película'...
No hace falta que te lo expliquemos mucho, seguro que tú también lo has notado. Hay fenómenos 'meteo', instantes de belleza, momentos embriagadores, que proporcionan algo parecido a la felicidad. Está demostrado que el Sol nos pone contentos: la vitamina D que llega de sus rayos hace que se venga arriba las endorfinas, la melatonina y la serotonina (la hormona, precisamente, 'de la felicidad'). Desde el clásico olor a tierra mojada, que nos da placer por cuestiones meramente biológicas y evolutivas, hasta la visión de un arcoíris perfecto, que tiene que ver con la belleza en la naturaleza. Te dejamos una lista de 12. ¿Se te ocurre alguno más? Por Andrea Arnal
El primer día de cielo azul (de verdad) del año
No hace falta que te lo expliquemos mucho, seguro que tú también lo has notado. Hay fenómenos 'meteo', instantes de belleza, momentos embriagadores, que proporcionan algo parecido a la felicidad. Está demostrado que el Sol nos pone contentos: la vitamina D que llega de sus rayos hace que se venga arriba las endorfinas, la adrenalina, la melatonina y la serotonina (la hormona, precisamente, 'de la felicidad'). Desde el clásico olor a tierra mojada, que nos da placer por cuestiones meramente biológicas y evolutivas, hasta la visión de un arcoíris perfecto, que tiene que ver con las expectativas.
La ficción hecha realidad: cuando un arcoíris es igual al de las películas
No hace falta que te lo expliquemos mucho, seguro que tú también lo has notado. Hay fenómenos 'meteo', instantes de belleza, momentos embriagadores, que proporcionan algo parecido a la felicidad. Está demostrado que el Sol nos pone contentos: la vitamina D que llega de sus rayos hace que se venga arriba las endorfinas, la adrenalina, la melatonina y la serotonina (la hormona, precisamente, 'de la felicidad'). Desde el clásico olor a tierra mojada, que nos da placer por cuestiones meramente biológicas y evolutivas, hasta la visión de un arcoíris perfecto, que tiene que ver con las expectativas.
El petricor y la geosmina: el olor a tierra mojada y lluvia que son tan del otoño
No hace falta que te lo expliquemos mucho, seguro que tú también lo has notado. Hay fenómenos 'meteo', instantes de belleza, momentos embriagadores, que proporcionan algo parecido a la felicidad. Está demostrado que el Sol nos pone contentos: la vitamina D que llega de sus rayos hace que se venga arriba las endorfinas, la adrenalina, la melatonina y la serotonina (la hormona, precisamente, 'de la felicidad'). Desde el clásico olor a tierra mojada, que nos da placer por cuestiones meramente biológicas y evolutivas, hasta la visión de un arcoíris perfecto, que tiene que ver con las expectativas.
Azul sobre amarillo, olor de mar sobre brisa: cuando vista y olfato despiertan en la playa
No hace falta que te lo expliquemos mucho, seguro que tú también lo has notado. Hay fenómenos 'meteo', instantes de belleza, momentos embriagadores, que proporcionan algo parecido a la felicidad. Está demostrado que el Sol nos pone contentos: la vitamina D que llega de sus rayos hace que se venga arriba las endorfinas, la adrenalina, la melatonina y la serotonina (la hormona, precisamente, 'de la felicidad'). Desde el clásico olor a tierra mojada, que nos da placer por cuestiones meramente biológicas y evolutivas, hasta la visión de un arcoíris perfecto, que tiene que ver con las expectativas.
Tu lugar secreto: nieve virgen sin pisar y kilómetros de blanco puro
No hace falta que te lo expliquemos mucho, seguro que tú también lo has notado. Hay fenómenos 'meteo', instantes de belleza, momentos embriagadores, que proporcionan algo parecido a la felicidad. Está demostrado que el Sol nos pone contentos: la vitamina D que llega de sus rayos hace que se venga arriba las endorfinas, la adrenalina, la melatonina y la serotonina (la hormona, precisamente, 'de la felicidad'). Desde el clásico olor a tierra mojada, que nos da placer por cuestiones meramente biológicas y evolutivas, hasta la visión de un arcoíris perfecto, que tiene que ver con las expectativas.
Algo más grande que tú es perfecto durante un instante: este eclipse anular de Sol
No hace falta que te lo expliquemos mucho, seguro que tú también lo has notado. Hay fenómenos 'meteo', instantes de belleza, momentos embriagadores, que proporcionan algo parecido a la felicidad. Está demostrado que el Sol nos pone contentos: la vitamina D que llega de sus rayos hace que se venga arriba las endorfinas, la adrenalina, la melatonina y la serotonina (la hormona, precisamente, 'de la felicidad'). Desde el clásico olor a tierra mojada, que nos da placer por cuestiones meramente biológicas y evolutivas, hasta la visión de un arcoíris perfecto, que tiene que ver con las expectativas.
Cálidos, despreocupados, eternos: los atardeceres del mes de agosto
No hace falta que te lo expliquemos mucho, seguro que tú también lo has notado. Hay fenómenos 'meteo', instantes de belleza, momentos embriagadores, que proporcionan algo parecido a la felicidad. Está demostrado que el Sol nos pone contentos: la vitamina D que llega de sus rayos hace que se venga arriba las endorfinas, la adrenalina, la melatonina y la serotonina (la hormona, precisamente, 'de la felicidad'). Desde el clásico olor a tierra mojada, que nos da placer por cuestiones meramente biológicas y evolutivas, hasta la visión de un arcoíris perfecto, que tiene que ver con las expectativas.
Fuera llueve y, tú, dentro caliente: el relajante sonido del repiqueteo de la lluvia sobre el tejado
No hace falta que te lo expliquemos mucho, seguro que tú también lo has notado. Hay fenómenos 'meteo', instantes de belleza, momentos embriagadores, que proporcionan algo parecido a la felicidad. Está demostrado que el Sol nos pone contentos: la vitamina D que llega de sus rayos hace que se venga arriba las endorfinas, la adrenalina, la melatonina y la serotonina (la hormona, precisamente, 'de la felicidad'). Desde el clásico olor a tierra mojada, que nos da placer por cuestiones meramente biológicas y evolutivas, hasta la visión de un arcoíris perfecto, que tiene que ver con las expectativas.
El espectáculo de luces del sol al pasar entre los árboles al atardecer
No hace falta que te lo expliquemos mucho, seguro que tú también lo has notado. Hay fenómenos 'meteo', instantes de belleza, momentos embriagadores, que proporcionan algo parecido a la felicidad. Está demostrado que el Sol nos pone contentos: la vitamina D que llega de sus rayos hace que se venga arriba las endorfinas, la adrenalina, la melatonina y la serotonina (la hormona, precisamente, 'de la felicidad'). Desde el clásico olor a tierra mojada, que nos da placer por cuestiones meramente biológicas y evolutivas, hasta la visión de un arcoíris perfecto, que tiene que ver con las expectativas.
La perfecta línea que dibujan las nubes lenticulares: suave por arriba, recta por debajo
No hace falta que te lo expliquemos mucho, seguro que tú también lo has notado. Hay fenómenos 'meteo', instantes de belleza, momentos embriagadores, que proporcionan algo parecido a la felicidad. Está demostrado que el Sol nos pone contentos: la vitamina D que llega de sus rayos hace que se venga arriba las endorfinas, la adrenalina, la melatonina y la serotonina (la hormona, precisamente, 'de la felicidad'). Desde el clásico olor a tierra mojada, que nos da placer por cuestiones meramente biológicas y evolutivas, hasta la visión de un arcoíris perfecto, que tiene que ver con las expectativas.
Sol al amanecer, brillo en las olas: el tintineo en las olas que se extiende hasta el horizonte
No hace falta que te lo expliquemos mucho, seguro que tú también lo has notado. Hay fenómenos 'meteo', instantes de belleza, momentos embriagadores, que proporcionan algo parecido a la felicidad. Está demostrado que el Sol nos pone contentos: la vitamina D que llega de sus rayos hace que se venga arriba las endorfinas, la adrenalina, la melatonina y la serotonina (la hormona, precisamente, 'de la felicidad'). Desde el clásico olor a tierra mojada, que nos da placer por cuestiones meramente biológicas y evolutivas, hasta la visión de un arcoíris perfecto, que tiene que ver con las expectativas.
El disparo de endorfinas al cerrar los ojos durante unos instantes de cara al sol
No hace falta que te lo expliquemos mucho, seguro que tú también lo has notado. Hay fenómenos 'meteo', instantes de belleza, momentos embriagadores, que proporcionan algo parecido a la felicidad. Está demostrado que el Sol nos pone contentos: la vitamina D que llega de sus rayos hace que se venga arriba las endorfinas, la adrenalina, la melatonina y la serotonina (la hormona, precisamente, 'de la felicidad'). Desde el clásico olor a tierra mojada, que nos da placer por cuestiones meramente biológicas y evolutivas, hasta la visión de un arcoíris perfecto, que tiene que ver con las expectativas.