Despegamos a las 8 de la mañana del domingo del aeropuerto de Barajas. Los hinchas de la selección no pararon de cantar y de bailar en ningún momento, ni siquiera en el despegue o en el aterrizaje.
La crisis económica se quedó en España y los protagonistas de esta escapada relámpago lo dieron todo, convencidos de que España iba a ganar.
Estos incondicionales del deporte rey no se equivocaron, y a que a pesar del calor y del sueño, no pararon de celebrar el gol de Torres hasta que aterrizaron de nuevo en Madrid tras 24 horas de pasión por el fútbol.