"No podemos olvidar a nuestros fallecidos"

  • Sanidad advierte que "todavía hay riesgo de transmisión" y pide no relajar las medidas de prevención

  • El miedo al rebrote es real y para combatirlo debemos erradicar las imprudencias

  • España registra ya 26.920 fallecidos y 228.030 casos de coronavirus

Lo que han vivido los profesionales sanitarios y sobre todo lo que ha vivido nuestra población en general no lo podemos olvidar tan rápido: no podemos olvidar nuestros 26.920 fallecidos. No podemos olvidar que todavía tenemos 176 fallecidos nuevos entre ayer y hoy, en las últimas 24 horas, y no podemos olvidar todos los pacientes que todavía están en los hospitales y todos los que estuvieron. No podemos olvidarnos en una semana”. Así de tajante se ha manifestado el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, quien ha llamado a mantener las medidas recomendadas para seguir trabajando en contener un virus que deja cifras absolutamente dramáticas y dolorosas en nuestro país, donde ya son también 228.030 los casos registrados sumando los 426 positivos del último balance.

Nuestro país camina “progresivamente hacia la normalidad”, pero Sanidad subraya que “no podemos olvidarnos tan rápido” de que esta crisis sin precedentes motivada por una pandemia de coronavirus que deja más de 4 millones de casos en el mundo y más de 283.000 muertos tras contagiar a 215 países según datos oficiales de la Organización Mundial de la Salud, ha sido sumamente devastadora en España. No podemos hacerlo, advierten, porque cualquier error puede ser nefasto tras el grandísimo realizado tras casi dos meses de confinamiento. Por eso, es responsabilidad de todos salvaguardar la seguridad y la salud de la población siendo escrupulosamente estrictos con las medidas decretadas para minimizar los contagios; para evitar más dolor y más muerte.

"Todavía hay riesgo de transmisión"

Con la mitad de España ya en la fase 1, la cual ha habilitado, entre otras cosas, la apertura de las terrazas con limitación del 50% y máximo de 10 personas por mesa, las reuniones con amigos y familiares en grupos de máximo 10 personas o la apertura de pequeños comercios, museos y lugares de culto con ciertas limitaciones de aforo, no caer en las imprudencias y no perder el respeto a un virus que sigue entre nosotros y que aún no se ha ido se convierte en una cuestión no solo imperativa, sino además vital. Ahora, más que nunca, es importante tenerlo claro. Lo recordaba el ministro de Sanidad, Salvador Illa: “No hay otra forma de abordar esto: con responsabilidad individual”, y para ello debemos mantener a rajatabla el distanciamiento físico, la higiene en el ámbito personal y privado con un frecuente lavado de manos, y el uso de mascarillas en el transporte público y aquellas situaciones en las que no sea posible guardar una distancia de 2 metros con otra persona.

En este sentido, Fernando Simón también ha sido muy claro este martes: aunque los últimos datos sigan en “tendencia descendente favorable” y dan “esperanzas de que estemos en las últimas fases de este primer periodo”, los datos indican que “todavía hay nuevos casos que se detectan” y “todavía hay riesgo de transmisión”, razón por la cual, ha enfatizado, “no podemos bajar la guardia”.

Por eso, las autoridades sanitarias inciden en que todavía no debemos relajar la “percepción del riesgo” al que aún nos exponemos, y “no porque a cada uno a título individual le pueda suponer un problema, sino porque el riesgo de que nosotros nos infectemos puede suponer que lo transmitamos a otras personas a nuestro alrededor y puedan incluso llegar a fallecer”, tal como ha explicado Simón, insistiendo en que debemos ser plenamente “conscientes” de las circunstancias.

Miedo al rebrote

En este contexto, es inadmisible la proliferación de imprudencias como las acontecidas desde este 11 de mayo, día en que el 51% de los territorios de España entraban en fase 1, reflejadas en imágenes que constataban importantes aglomeraciones en las terrazas de los bares así como en otros pequeños comercios. No han son una mayoría, pero el coronavirus ha probado con su altísimo poder de contagio que puede bastar un mero contacto para desatar toda una tormenta epidémica.

Sin olvidarnos de que hay también datos que invitan al optimismo, como las 138.930 personas que han recibido el alta hospitalaria tras recuperarse del COVID-19, el miedo al rebrote permanece. Especialmente cuando otros países que han progresado notablemente en la lucha contra la pandemia y que incluso han sido tomados como referentes están sufriendo ahora el incremento de nuevos casos. Un incremento por ahora controlado, pero que se vigila estrechamente desde el rastreo de los contactos que cada caso ha mantenido; desde la identificación de las personas relacionadas con los nuevos infectados y que han estado en el mismo entorno. Es el caso de Corea del Sur, donde han tenido que proceder al cierre de bares y clubes nocturnos después de un rebrote en un local de ocio en Seúl. O el de Alemania, donde preocupa el último repunte de 933 nuevos casos y 116 muertos por coronavirus en las últimas 24 horas.

Mientras, en Wuhan, epicentro del virus y ciudad china que vio como el SARS-CoV-2 se convertía en pandemia, las autoridades sanitarias han dispuesto que se realicen pruebas a sus once millones de habitantes tras la detección de nuevas infecciones locales por primera vez desde el fin del confinamiento, que inició el pasado 8 de abril.

España pone en cuarentena a quienes lleguen del extranjero

Con todo esto en cuenta, entre tanto, en España el Gobierno decretaba este martes 12 de mayo, Día de la Enfermería, un endurecimiento de las medidas para viajar a España: a partir del próximo viernes, día 15, solo podrán entrar ciudadanos españoles residentes, trabajadores transfronterizos, personal sanitario o quienes justifiquen una causa de fuerza mayor. Una vez en el país, todos ellos deberán cumplir una cuarentena de 14 días. Todo, con el objetivo de que no se “malogren” los avances por el hecho de importar casos de otros países.

Durante la cuarentena, solo podrán salir a comprar alimentos o medicinas, y siempre con mascarilla; unas normas de las que quedan excluidas las tripulaciones de los aviones y quienes transporten mercancías.

Esta medida, --según la cual ni siquiera podrán entrar en España los extranjeros que dispongan de una residencia aquí, dado que tampoco los ciudadanos españoles pueden desplazarse--, entrará en vigor hasta el 24 de mayo, mientras dure el actual estado de alarma, pero el Gobierno advierte de que puede alargarse. “Va a estar en vigor hasta que sea necesaria. Muy probablemente todo el periodo de desescalada”, ha dicho el ministro de Sanidad, Salvador Illa.

De hecho, en paralelo, el Gobierno trabaja nuevamente en la búsqueda de apoyos con el objetivo de prorrogar el estado de alarma un mes más, hasta finales de junio, fecha prevista para, en el mejor de los casos, llegar a una ‘nueva normalidad’. El Ejecutivo teme que sin estado de alarma la situación se descontrole nuevamente en un momento en que, precisamente, se requiere la mayor de las vigilancias.