El uso de las mascarillas no es ninguna frikada, ha sido recomendado por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) pero, según nos cuenta el Dr. Ángel Moral, presidente del Comité de Aerobiología de la SEAIC, no vale cualquier mascarilla, ni tampoco usarla de cualquier manera.
Qué tipo de mascarilla es la adecuada
La primera advertencia es que hay que olvidarse de las mascarillas quirúrgicas y de aquellas que se pueden comprar en cualquier supermercado o ferretería, porque contra la alergia no sirven absolutamente para nada ya que están hechas de un material similar al papel y no tienen ningún sistema de filtrado de aire.
Según nos dice el Dr. Moral “Se deben utilizar mascarillas homologadas con ajuste hermético moldeable a nivel de la nariz, para que no permita el paso de partículas. Las mascarillas filtrantes atrapan el 95 % de las partículas de 0,3 micras que se encuentran en el aire y además el polipropileno que contiene propiedades electrostáticas, atrayendo las partículas por diferencia de cargas eléctricas, aumentando aún más la eficacia del atrapamiento.
Con respecto al tamaño de los pólenes capaces de producir problemas alérgicos, los más pequeños son los de parietaria con 15 micras, seguidos de las gramíneas, olivo y plátano de sombra y salsola con 20 micras, mientras que la arizónica mide 30 micras. Por otro lado, los ácaros del polvo miden 200 micras. Esto va a permitir disminuir la exposición a pólenes y ácaros del polvo reduciendo los síntomas de los pacientes.
Las mascarillas autofiltrantes reducen además la exposición a contaminantes químicos del aire por atrapar partículas de 2,5 micras (PM2,5)
Este tipo de mascarillas cubren nariz y boca y tienen una válvula de exhalación por donde saldrá posteriormente el aire exhalado, reduciendo el calor y humedad en el interior, permitiendo un uso cómodo durante varias horas”.
Cómo hay que usar la mascarilla
Lo cierto es que, si se busca respirar un aire sin polen, hay que usar la mascarilla siempre que se esté en contacto con aire cargado de polen. No vale quitársela cuando se tenga calor o sensación de agobio porque el resultado podría ser más perjudicial, ya que el interior de la mascarilla quedaría contaminado y al volver a colocarla se estaría respirando un aire más cargado de alérgenos.
El Dr. Ángel Moral aclara que “el material filtrante de la mascarilla tiene baja resistencia y permiten un uso cómodo para que pueda ser utilizada varias horas, cuando se esté expuesto a pólenes o ácaros del polvo”
No es necesario que las recete un especialista porque no tienen ningún efecto secundario “cubren nariz y boca y el aire que pasa a través de la mascarilla atrapa los pólenes o ácaros, llegando limpio a la nariz y boca. Suelen tener una válvula de exhalación por donde saldrá posteriormente el aire exhalado, reduciendo el calor y humedad en el interior, permitiendo el uso durante varias horas”.
Otras medidas eficaces antipolen
La mascarilla no es la única vía para mantener el polen alejado de quienes padecen alergia, el Dr. Moral aconseja otras medidas eficaces que ayudarán a respirar mejor esta primavera:
Lo primero que hay que hacer es estar informado sobre los niveles de pólenes cuando vaya a realizar actividades al aire libre con la página web www.polenes.com
Por supuesto, utilizar mascarillas en días de alta polución.
Es importante ventilar el domicilio en las primeras horas del día o por la noche, ya que la máxima incidencia de pólenes se produce entre las 12 de mediodía y las 4 de la tarde.
Para mantener la vivienda alejada del polen y los ácaros, es recomendable utilizar purificadores de aire en los domicilios, preferiblemente con filtros HEPA, que disminuyen las partículas de pequeño tamaño, dando lugar a un ambiente adecuado para los alérgicos
También es conveniente cambiarse de ropa y lavarse la cara al llegar a casa.
Y finalmente, viajar con las ventanillas del coche cerradas y cambiar periódicamente los filtros antipolen.