Esquiva las enfermedades en invierno condimentando tus platos

Con la bajada de las temperaturas y la irrupción del invierno no está de más contar con aliados en tu alimentación que te permitan afrontar más fuerte los rigores de la estación. Las especias y hierbas aportarán más sabor, color y aroma a tus platos. No sólo te darán un toque diferente sino que sus propiedades ayudarán a que esquives las enfermedades.

Enriquecer tus platos con esta hierba es una sabia decisión porque contiene gran cantidad de vitamina C, es un buen antioxidante y fortalece tu sistema inmune. Tiene propiedades diuréticas, te ayudará con la retención de líquidos y mantendrá tus riñones depurados. Es sabida la delicia que supone esta hierba en multitud de platos, pero no olvides que la puedes consumir cruda, en ensaladas o "smoothies", incluso en infusión antes de las comidas para favorecer la digestión. Recuerda que lo puedes congelar y así disponer de él cuando quieras.

Tiene propiedades antibióticas, antiinflamatorias y expectorantes. Aunque a simple vista se puede parecer al perejil, tiene un sabor más fuerte, astringente y duradero en la boca. Si no eres amante de los sabores fuertes este no es tu condimento ideal, porque inundará tus platos con su sabor. Lo podemos utilizar como el perejil y tiene un papel importante en platos como el ceviche peruano, el tabulé árabe y hasta en los tacos mexicanos.

Esta maravilla de la naturaleza hace de antibiótico natural por su contenido en alicina y te ayudará a combatir las enfermedades infecciosas. Tiene propiedades bactericidas, inmunoestimulantes, antivirales y antioxidantes. Es un buen mucolítico y expectorante para enfermedades respiratorias y gracias a su contenido en azufre es un gran aliado para prevenir procesos infecciosos. Al ser rico en vitamina C y zinc aumenta las defensas. Recuerda que para conservar todas estas propiedades intactas la mejor forma de consumirlo es crudo: hazte una tostada con tomate rallado, una cucharada de aceite, una pizca de sal y ajo rallado. Esa es una gran propuesta para estar inmunizado. Además lo puedes añadir como ingrediente de vinagretas o para dar sabor a cualquier carne pescado o guiso. Cuando lo cocinamos pierde algunas propiedades pero adquiere otras, como las anticoagulantes y reductoras del colesterol.

Es también una fuente de vitamina C, ayuda a reforzar las defensas, favorece la absorción del hierro, es un poderoso bactericida y es un gran eliminador de toxinas. Un limón exprimido en agua templada con una cucharadita pequeña de bicarbonato te limpiará y te ayudará a evitar enfermedades. Lo puedes usar en carnes y pescados, como ingrediente de ricas vinagretas para verduras o mariscos, para saborizar tus platos (como la paella), en forma de limonadas o "smoothie" y agregándolo a ricas infusiones o caldos, que nos darán calor.

Es la especia con mayor contenido en calcio. Favorece la digestión, evita espasmos gástricos e intestinales y la formación de gases. Por su contenido en timol es un desinfectante natural, reduce las sensaciones de malestar, fiebre y dolores de garganta, y también tiene propiedades como antibiótico. Agrega un poco de tomillo a la comida y eliminarás gérmenes y bacterias. Es perfecto para carnes, pescados, guisos, estofados, legumbres e infusiones (si añades un poco de miel en poco tiempo te sentirás mejor). Además, si te encuentras enfermo puedes hacer vahos de tomillo para eliminar los patógenos que puedan estar dificultando la recuperación.

Gracias a que contiene cineol y eugenol, tus digestiones serán más fáciles y evitarás gases o acidez. También es antiséptico, bactericida y antiinflamatorio, por lo que es otro aliado con el que contar en caso de afecciones respiratorias. Ayudará a tus riñones porque es un diurético que te ayudará a eliminar líquidos. Es muy recomendado para quitar la pesadez de las legumbres o para hacer más digeribles tus guisos. También puedes tomarlo en infusión o utilizarlo para componer una rica salsa.

Si condimentas con orégano tus comidas las harás más digestivas y tendrás menos gases. El orégano es antioxidante, desinflama los bronquios, elimina la tos y ayuda a la eliminación de gérmenes. Para los problemas respiratorios es mejor tomarlo en gotas y para que haga tus comidas más digestivas, en infusión. Y en la cocina, resulta ideal para ensaladas, carnes, pescados, arroces, pastas y guisos.

Es antioxidante, te ayuda a reducir los niveles de sodio, estimula el metabolismo, facilita la digestión y aporta calcio. Hay diferentes variedades: pimienta acuática, pimienta betel, pimienta de cayena, pimienta de Guinea, pimienta de Jamaica, pimienta larga, pimienta larga de Java, pimienta negra, pimienta rosa o pimienta de Sichuán. Todas ellas comparten las propiedades anteriormente citadas y pondrán un toque de picante en tus platos. Seguro que te quedan muchas variedades por probar. ¡Disfruta de sus matices!

Tiene un alto contenido en vitamina A que te dará mayor resistencia a las infecciones y facilitará la producción de anticuerpos. Tiene un efecto desintoxicante y nivela el colesterol y los triglicéridos. Si te gusta picante, mejor que mejor ya que contiene capsaicina, una sustancia que favorece la termogénesis, lo que supone quemar más calorías en reposo. Este condimento lo puedes usar en salsas, marinados, pescados, mariscos, carnes, guisos, asados y legumbres. En México, utilizan los chiles en golosinas o para condimentar frutas. Te recomiendo que pruebes con pimentón picante (que es menos intenso). Por ejemplo, chocolate con pimentón picante.

Tiene propiedades antibacterianas, antiinflamatorias y antisépticas, por lo que es perfecta para no ponernos enfermos. También desintoxica el hígado y es un gran anticancerígeno. Puedes utilizarla para darle color a tus platos pero con precaución porque tiene un sabor dulce pero ligeramente picante. Las salsas, sopas y guisos mejoran mucho cuando la incorporamos. Es muy conocida en la comida árabe.

Es una mezcla de especias y es una gran fuente de minerales, calcio, potasio, magnesio, hierro, fósforo. También contiene betacarotenos, vitamina A, ácido fólico, vitamina K y vitamina E. Como ves es súpercompleto en nutrientes que te protegerán de los patógenos y te ayudarán si el proceso invasivo ya se ha producido. Lo puedes agregar a salteados, en guisos o para condimentar cualquier plato o salsa. Además estimulará tus sentidos por su agradable olor, su cálida tonalidad o su delicioso sabor.

Esta aromática especia impedirá que te pongas enfermo porque es antibacteriana pero si ya lo estás te interesarán sus propiedades antiinflamatorias y expectorantes. Es especialmente recomendable en el caso de bronquitis y gripe (si además la mezclas con miel contribuirá a recuperarte pronto). También facilita la digestión y es antiemérica (contra vómitos y náuseas); aunque las embarazadas deben tener cuidado con ella porque se le atribuyen propiedades abortivas e inhibidoras de la fecundación. Estará deliciosa en cualquier plato, incluidas salsas o platos salados, aunque es en postres, infusiones o bebidas donde más se emplea.

Tiene multitud de propiedades: es un analgésico natural, antibiótico, antiinflamatorio y expectorante. Previene enfermedades cardiovasculares y tiene un gran contenido en antioxidantes. Ayuda a depurar tu organismo. Puedes incorporarlo a tus guisos con carne o pescado, es muy rico en sopas y dulces, condimenta tus platos de verduras ya sean en puré o en forma de wok o ponlo en cualquier smoothie, zumo o infusión.

Es una gran aliada para no caer enfermos ya que es un potente antimicrobiano gracias a unas sustancias llamadas inhibidinas. Es antitusiva y expectorante, por lo que te aliviará la molesta tos si ya estás enfermo y te ayudará a eliminar las mucosidades. Por su contenido en vitaminas C, B, D, E y en minerales (cobre, zinc o magnesio) reforzará tus defensas. La miel puede ser utilizada para postres pero también como ingrediente de vinagretas y salsas o para aliñar tus platos o endulzar bebidas o yogures.