Los resfriados comunes (catarros y constipados) y la gripe son enfermedades infecciosas del aparato respiratorio provocadas por la presencia de cepas virales, y todas ellas son muy contagiosas. Según Manuel Sánchez Angulo, profesor de Microbiología de la Universidad Miguel Hernández (Elche), las condiciones frías y con humedad relativa baja más hace que proliferen. "El frío hace que estén latentes. Su vía de contagio está localizada, sobre todo, en las vías respiratorias altas (nariz y la garganta). Precisamente en esos dos lugares tenemos unas células del sistema inmune, que con las bajas temperaturas suelen estar un poco debilitadas y provoca que algunos de estos microorganismos puedan saltar esa línea defensiva", señala el miembro de la Sociedad Española de Microbiología.
Hasta 200 patógenos distintos
En el caso del resfriado común hay registrados hasta 200 patógenos distintos que afectan a las membranas de nuestra nariz y garganta, y entre los más comunes se encuentran los adenovirus, rhinovirus y coronavirus. Los síntomas del constipado, que es la fase más contagiosa, es la reacción de nuestro organismo a esos agentes extraños contra los que combate a través de la congestión nasal, los estornudos, la irritación ocular, la tos y las molestias en la garganta. La gripe también es altamente contagiosa y sus síntomas suelen ser más graves que los resfriados y más incapacitantes de manera temporal porque van acompañados de fiebre, malestar general, fatiga, dolores musculares y cefaleas.
Cualquier afectado por una enfermedad vírica o bacteriana que estornude o tosa sobre su mano y luego la pose en alguna superficie, contribuye al contagio. "Estos patógenos quedan latentes en superficies, como los pomos de las puertas, las superficies de la mesa, incluso, en nuestra propia piel. Solo el hecho de tocarnos la cara hace que podamos contagiarnos", subraya Sánchez Angulo.
Pomos, tiradores y aparatos electrónicos, sus favoritos
Entre sus lugares favoritos (porque son los que tocamos de manera inconsciente): tiradores de puertas, fregaderos, los grifos, esponjas de la cocina, cepillos de dientes, mandos a distancia, teléfonos, tablets, teclados del ordenador, menaje del hogar y muebles. Los expertos recomiendan ser lo más higiénicos posibles con estas zonas críticas de la casa, donde los gérmenes latentes esperan el momento ideal para atacar nuestras vías respiratorias altas.
También nos recomiendan ser cuidados en los medios de transporte públicos, ya que se concentran en asientos, pasamanos, barras, puertas, cristales y hasta el propio suelo, donde depositamos mochilas, bolsos, maletas… Los especialistas nos recomiendan llevar un gel o unas toallitas a base de alcohol o desinfectantes y tratar de no tocarse la cara.
“Cuando uno está acatarrado o con gripe siempre debe utilizar un pañuelo desechable delante de la boca cuando tosa o estornude y, a continuación, lavarse las manos, si puede ser con soluciones hidroalcohólicas”, señala el doctor García, que destaca como buena costumbre el uso de mascarillas. También nos recomiendan abrigarnos para que nuestras células inmunes no se debiliten por el frío, usar una buena bufanda y protegernos la boca y la nariz. Por último, mantener en nuestros hogares y centros de centro de trabajo un ambiente óptimo de humedad, no muy seco, para evitar que estos microorganismos estén latentes.