El miedo al contagio nos llevará preferir la autosatisfacción o el sexo cibernético

  • El experto Antonio Boliches señala el peligroso desgaste de las relaciones de pareja

  • La pandemia nos llevará a ser más “evitativos” y optar por alternativas al sexo tradicional

La crisis del coronavirus ha cambiado por completo la rutina de millones de personas en todo el mundo, y las prácticas sexuales no son una excepción. La pandemia y el confinamiento forzoso están inhibiendo el deseo sexual de muchos españoles, según apuntó a Efe el vicepresidente de la Sociedad Catalana de Sexología, Antonio Bolinches.

El directivo señaló que el miedo a contagiar o ser contagiados por el coronavirus nos llevará a ser más “evitativos” y a optar por alternativas como la autosatisfacción o el sexo virtual. Además, no espera que esta desconfianza se resuelva hasta un tiempo después del fin de la cuarentena: “Del mismo modo que hay una crisis económica que tendremos que superar, también habrá una crisis de confianza con lo que respecta al contacto físico”.

En palabras del experto, las relaciones interpersonales se verán profundamente marcadas por la pandemia aunque finalice el periodo de confinamiento: “sí habrá una repercusión evitativa no solo a la sexualidad, sino a la afectividad y a todo tipo de contacto interpersonal".

Sobre las relaciones de pareja, Bolinches señala a la peligrosidad de este periodo de confinamiento, que puede producir un desgaste severo. Así, el experto asegura que hasta el 20% de las parejas que comparten el confinamiento romperá su relación al fin del mismo. El 80% restante se dividirá entre las que salgan fortalecidas y las que se “habrán quedado tocadas, pero podrán ir recomponiéndose progresivamente”.

El sexólogo y escritor afirma que este desgaste tiene su origen en la “tensión, frustración, ansiedad y malestar psicológico, que no son facilitadores de la sexualidad”. El aumento de los roces en la vida cotidiana, sumada a la falta de muestras de afecto como resultado de la distancia interpersonal y el miedo al contagio pueden hacer mella en las relaciones sentimentales de muchos españoles.