No habrá suficientes vacunas contra el coronavirus para volver a la vida normal hasta 2022

  • La científica y jefa de la Organización, Soumya Swaminathan, primeras dosis podrían estar a mediados del año, pero serán dosis "limitadas" que se priorizarán para los grupos de riesgo

No habrá suficientes vacunas contra el coronavirus para volver a la vida normal hasta 2022, avisa la científica y jefa de la Organización Mundial de la Salud, Soumya Swaminathan. La experta que, a pesar de los esfuerzos la cantidad de dosis será demasiado pequeña para que alcance para toda la población mundial, por lo que no podremos dejar atrás las mascarillas y la distancia social.

Swaminathan ha explicado que la iniciativa Covax de la OMS, el mecanismo de agrupación de recursos para dar acceso equitativo a las vacunas a países con diferentes niveles de ingresos, solo podrá concentrar alrededor de cientos de millones de dosis a mediados del próximo año, es decir, uno de los 170 países que se han sumado “tendrán algo”.

“La forma en que la gente lo está imaginando es que en enero tienes vacunas para todo el mundo y las cosas comenzarán a volver a la normalidad, no es así como funcionan”, ha advertido la científica.

"Es muy importante que la gente sepa que cuando lleguen las vacunas, llevará tiempo ampliar la producción hasta que al menos un 60-80% de la población tenga inmunidad, lo que llamamos inmunidad de grupo, para reducir la transmisión", señaló la especialista. No hablamos de erradicar el virus, sino de reducir el impacto que tiene actualmente en la sociedad y las vidas. Eso va a tardar, con seguridad, hasta el 2022".

A pesar de las advertencias de Swaminathan, China y EEUU han prometido tener la vacuna lista antes de que termine el año. Así lo aseguró Wu Guizhen, del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades, que garantizó que la población china tendrá acceso a vacunas desarrolladas localmente en noviembre o diciembre.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, también aseguró que pronto los estadounidenses habrá una vacuna, lo que genera preocupaciones de que los reguladores estadounidenses puedan ceder ante la presión política y emitir licencias de uso de emergencia de manera prematura.