El gráfico que muestra, día a día, cómo este verano se ha convertido en el más mortífero por el calor

Empieza septiembre y dejamos atrás un verano climatológico complicado. Las temperaturas extremas se han sucedido a lo largo de junio, julio y agosto, con una ola de calor en cada uno de estos meses. Los termómetros se han disparado y con ellos los datos de mortalidad. Lo podemos comprobar con las cifras del MoMo, el sistema de monitorización del exceso de la mortalidad diaria que también recoge cuántos de esos fallecimientos son atribuibles al calor. Según este registro, dependiente del Ministerio de Sanidad, durante los tres meses del verano han muerto por el tiempo 4.655 personas (con datos a 30 de agosto). Es una cifra que triplica la de 2021, cuando se contabilizaron 1.393 fallecidos por las altas temperaturas.

En el gráfico que encabeza este artículo se puede observar cómo ha sido la evolución diaria en las muertes atribuibles al calor en los siete últimos veranos, desde 2015 hasta 2022. Con un rojo intenso vemos la curva de este año, sin duda, la peor de todas. También se puede apreciar cómo los grandes picos de fallecimientos coinciden con las tres olas de calor que han azotado a la Península Ibérica: la de mediados de junio (la más temprana de la historia), la de mediados de julio (la más mortífera) y la de agosto.

Julio, el mes más mortífero por el tiempo desde que hay registros

Con estos datos, el mes de julio se confirma como el más mortífero por causa de las temperaturas desde que hay registros. Con 2.223 muertes atribuibles al calor ha superado al de enero de 2021, cuando Filomena 'heló' a media España dejando 2.019 muertos.

Desde 2015, cuando el sistema de monitorización MoMo empezó a registrar los muertos atribuibles a la temperatura, jamás se había vivido una gráfica tan pronunciada como la del pasado mes de julio, con picos como los del 18 y 19 de julio. Esos días, se observaron 184 muertes diarias por la ola de calor, las peores jornadas de la historia registrada.

2022 triplica en mortalidad al 2021

La evolución de los datos de los últimos veranos también apunta a una evolución muy negativa. Si entre 2019 y 2021 los fallecimientos se mantuvieron estables, la cifra de 2.022 es mayor que la de esos tres años juntos. Esta es la comparación desde 2015 hasta 2022.

  • 2022: 4.655
  • 2021: 1.393
  • 2020: 1.479
  • 2019: 1.592
  • 2018: 1.543
  • 2017: 2.767
  • 2016: 1.638
  • 2015: 2.423

La explicación a estos datos

En España, tradicionalmente, el frío 'mataba' más que el calor. Pero esa tendencia está cambiando, tal y como explicaba en NIUS hace unos días Jorge Olcina, catedrático de Geografía y responsable del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante. “Recordamos que tuvimos esa gran ola de calor en 2003, que ya mató a más de 11.000 personas en Francia. En el conjunto de Europa occidental, incluida España, fueron más de 25.000 y, desde entonces, las secuencias de calor se han convertido en lo que llamamos un 'riesgo emergente' por los efectos que está provocando, no solo económicos, en cultivos, agua y demás, sino también en la vida de las personas”.

Olcina mantiene que este incremento demuestra que “algo está pasando con el clima, porque está produciendo víctimas humanas de una manera continua y progresiva. Por tanto, es un tema muy importante. No solo estamos hablando de que suben las temperaturas. El calor extremo está afectando a la economía y a la salud y por tanto hay que tomarlo con toda la seriedad”. El climatólogo también aprovecha para pedir un sistema que contabilice las estadísticas de muertes por el tiempo "tan riguroso como el que ha habido con la covid". "Hay que conocer la magnitud de este tema, cuánta gente realmente fallece por efecto del calor".

Va a ir a más

Y aunque 2022 haya sido el verano más mortífero por el calor, las previsiones para los próximos años son peores. La Sociedad Española de Epidemiología (SEE) ha señalado que si España no actúa con contundencia, "podrían producirse hasta 13.000 muertes anuales a corto plazo atribuibles a las altas temperaturas". Una advertencia que llega la Reunión Anual de la SEE que se celebra en San Sebastián.

Según los modelos de AEMET, en el escenario más desfavorable la temperatura subirá a un ritmo de 0,7 grados por década, por lo que la capacidad de adaptación actual "no sería suficiente y podrían dispararse los fallecimientos". "Si no nos adaptamos, en España podría haber hasta 13.000 muertes al año en vez de las 1.300 de media anual que se produjeron en el periodo 2000-2009".

Los expertos han alertado de que, en algo más de 30 años, la playa de la Concha de San Sebastián no tendrá arena en pleamar, predicción que los expertos hacen teniendo en cuenta el ritmo actual de la subida del nivel del mar. En el caso del mar Cantábrico, en los últimos 65 años el nivel del mar ha subido 15 centímetros lo que se traduce en la pérdida de 15 metros de playa.

Los científicos también han advertido de que las altas temperaturas y la contaminación "son factores de riesgo para enfermedades como el cáncer, la cardiopatía coronaria o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, y facilitan la propagación de nuevos agentes como los virus de viruela del mono, el zika o el dengue".

Julio Díaz, científico del Instituto de Salud Carlos III ha subrayado los peligros del "cada vez más rápido aumento del nivel del mar, que amenaza la vida en nuestras costas tal y como la conocemos ahora". También se han referido a las altas temperaturas que ha alcanzado Mar Mediterráneo, que llegó a los 30 grados, 6,2 grados por encima de su temperatura habitual.