Como cada 8 de marzo, se celebra el Día Internacional de la Mujer en honor a las primeras que se levantaron contra un mundo de hombres en aquella fábrica de Nueva York (Estados Unidos) en 1975. Una lucha que sigue siendo necesaria mientras no exista una igualdad plena entre ambos sexos. A día de hoy, sigue existiendo una gran brecha salarial, entre hombres y mujeres, por el mismo trabajo. Así mismo, mujeres como Oihana, Rosario o Raquel, han tenido que romper el techo de cristal para acceder a puestos de trabajos que generalmente se habían asociado a los hombres.
Ellas han demostrado que las mujeres no han nacido para ir como mera comparsa de los hombres. Con su fuerza y valentía han gritado a voces que son igual de capaces, o más, que los hombres para cualquier trabajo. Oihana Arana, maquinista minera de profesión, asegura que cuando accedió al trabajo, sus compañeros, todos hombres, tardaron mucho tiempo en agregarla al grupo de WhatsApp de los empleados: "yo decía, esto que es de hombres sólo o que", afirma entre risas Oihana. Como ella, Rosario, quien es conductora de autobús, afirma que las personas se echaban las manos a la cabeza cuándo veían a una conductora joven al mando de un autobús. Ellas sólo son algunas de los tantos ejemplos que hay que se han abierto paso en un mundo de hombres, haciendo el camino más fácil a las nuevas generaciones.
En las últimas décadas, las mujeres han conseguido grandes avances en cuanto a derechos, pero aún queda mucho en lo que trabajar, sobretodo en estereotipos patriarcales que se asocian a las mujeres por el simple hecho de haberlo nacido. En España, en plena dictadura, el papel de la mujer estaba muy castigado, sin apenas derechos tenían que vivir a comparsa de los hombres. Los primeros cambios llegaron con la democracia, siendo la ley del divorcio o la despenalización del aborto en los años 80 del siglo pasado, unos de los hitos más importantes para las mujeres.
A pesar de que los cambios empezaban a notarse, aún la sociedad estaba anclada al pasado. Las niñas de la época tenían normas que los chicos de su edad no: "a mi no me dejaban salir por la noche, a mí hermano sí", recuerda una mujer sobre su adolescencia en los años 80. La vestimenta también era un tema tabú, no toda la ropa era considerada apropiada, como confirma otra mujer, quien asegura que su padre le vigilaba la ropa que llevaba puesta para salir a la calle, así como tenían que soportar comentarios tales como: "a saber que vas a hacer por ahí a estas horas", confirma otra transeúnte.
El trato en las tareas domésticas también era diferentes para unos y otras. "Se daba por hecho que la hija tenía que hacer su cama y la de sus hermanos", unos pensamientos que hoy en día serían impensables, igual que la incompatibilidad que existía con ser madre y ser una mujer trabajadora. Anteriormente, este porcentaje era únicamente del 15 %.
Los anuncios televisivos también han dado un gran vuelco desde la época de los 80, con anuncios de preservativos tan polémicos como el de "póntelo, pónselo". En general, son pensamientos que ahora nos parecen muy lejanos, pero que aún se dan en muchas partes del mundo, por lo que es importante seguir luchando para que ninguna mujer del planeta se quede desprotegida y sin derechos.