El Gobierno paquistaní busca asistir a tres millones de afectados mientras las inundaciones aumentan

AGENCIA EFE 03/08/2010 13:18

Decenas de helicópteros militares sobrevolaron hoy las áreas anegadas por las aguas sin poder rescatar a causa del mal tiempo a varios miles de personas que permanecen bloqueadas en el noroeste, la zona más damnificada, aunque sí que llevaron a cabo su misión en gran parte de la provincia oriental del Punjab.

El propio primer ministro, Yusuf Razá Guilani, tuvo que suspender su visita aérea a una zona catastrófica por las condiciones meteorológicas, según un comunicado difundido por su oficina.

De cumplirse el pronóstico de lluvias para los próximos días, podría aumentar la magnitud de la catástrofe tanto en el Punjab, donde el río Indo se ha desbordado ya en algunas zonas llanas en un arco de 20 y 30 kilómetros, como en la vecina región meridional de Sindh, según las autoridades.

"El Gobierno de Pakistán está haciendo todo lo posible pero esperamos otra tanda de lluvias. Sindh es un motivo de preocupación. Tenemos que evacuar a la gente", explicó hoy en rueda de prensa el viceministro de Información, Samsam Alí Bokhari.

Bokhari admitió que muchos lugareños muestran resistencia a abandonar sus hogares, pertenencias o cultivos.

Por su parte, el general Nadeem Ahmad, director de la Comisión de Inundaciones, que evitó comparar la tragedia actual al terremoto de 2005 en la región septentrional de Cachemira, recordó que es pronto para hacer una evaluación de daños y pidió comprensión hacia las autoridades pues se trata de "inundaciones históricas".

Algunas fuentes oficiales citadas por medios paquistaníes han cuantificado en 3.500 millones de dólares los fondos necesarios para la rehabilitación de las zonas afectadas y el Gobierno tiene previsto hacer un llamamiento a la comunidad internacional, mientras dialoga con los organismos humanitarios multilaterales.

Por el momento, países como EEUU, Reino Unido, China, Australia o Japón e instituciones como la Unión Europea han prometido ayudas que en su conjunto ascienden a cerca de 70 millones de dólares.

"Es pronto para determinar una cifra exacta. En muchas áreas el nivel del agua todavía no ha bajado", subrayó el general Ahmad.

Sí anunció en cambio que, según estimaciones, ya hay más de tres millones de afectados por los estragos de las lluvias monzónicas, un número parecido al de 3,2 millones ofrecido hoy por UNICEF.

De los damnificados, millón y medio están en la provincia noroccidental de Khyber-Pakhtunkhwa y una cantidad similar en Punjab.

De acuerdo con Ahmad, quien dirige también la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres, las víctimas mortales confirmadas son al menos 951, un dato que ha permanecido sin cambios en los últimos días pese a que algunas fuentes oficiales elevan la cifra hasta 1.500 fallecidos.

Más de 51.000 casas han quedado total o parcialmente destruidas, se han derrumbado unos 50 puentes y continúan cortadas varias carreteras, como la emblemática vía que une Pakistán con China, que seguirá cerrada al menos seis semanas más.

Y en medio de un paisaje de muerte y destrucción, las agencias humanitarias tratan de asistir a la población con una agenda que tiene como objetivos prioritarios la provisión de servicios médicos -clave para evitar la propagación de enfermedades como diarrea y cólera-, y el suministro de agua potable y de comida.

Diversas fuentes de la ONU resaltaron hoy a Efe que el Gobierno paquistaní ha levantado "temporalmente" las restricciones de movimiento de trabajadores extranjeros para facilitar sus labores de asistencia.

El Gobierno justificó esa restricción, vigente desde principios de año para la totalidad del país salvo las ciudades de Islamabad, Lahore y Karachi, al hilo de la lucha que el Ejército mantiene contra la insurgencia talibán en el conflictivo noroeste.