Cada mañana, a las 7 en punto, se plantan en la plaza del pueblo y ponen sus cascos de trabajo para pedir limosna. Llevan dos meses y medio sin cobrar la nomina, y ya no pueden pagar las facturas. Su empresa Ferrallas de la Noia, dedicada a la producción de hierro para la construcción, ha cerrado puertas, pero no les ha despedido legalmente y tienen que acudir cada día a su lugar de trabajo. A pesar de estar de brazos cruzados y de no cobrar nada. Algunos vienen de fuera y no tienen ni para pagar el gasoil.
La solidaridad de sus vecinos hace que cada día recojan entre 50 y 70 euros, que les sirven para costear los traslados. Los anónimos contribuyentes nos cuentan que les da pena su situación y que quizá ellos harían lo mismo si no tuvieran mas remedio. A algunos les gustaría darles algún euro, pero también están en paro y su situación ya es bastante difícil. Hay quien incluso les trae bocadillos o algo para comer.
Entre los trabajadores de esta empresa encontramos algunos dramas personales como el de Oliver Márquez, que tiene la mujer en paro, dos hijos y otro en camino, y ya no sabe donde acudir para pagar las facturas. Ana es la mujer de uno de los trabajadores y también se pasea por la plaza con un cartel del que cuelgan todas las facturas que tiene que pagar. Ella tiene dos hijos y también le cuesta hacer frente a esta situación.
Los trabajadores de la empresa Xavier Bisbal, del mismo propietario, están pasando por una situación similar. También llevan dos meses sin cobrar, y no saben hasta cuando durará la situación. Su empresa no ha cerrado pero ha presentado un ERE que ha dejado en la calle a 92 de los 176 trabajadores.