Cuando falta menos de un mes para que la Ley Integral de Violencia de Género cumpla tres años, lo hará en junio, hemos sabido que el recién estrenado Ministerio de Igualdad está terminando un estudio sobre su funcionamiento.
Lo que ya sabemos, con las cifras en la mano, no es bueno. El año en que se estrenó la ley sólo se aplicó siete meses puesto que entró en vigor en junio- fueron asesinadas 52 mujeres. En 2006 mataron a diez más y 2007 se cerró con un dato escalofriante: setenta y cuatro víctimas.
Lo de este fin de semana ha sido suficiente para que la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, haya reconocido que, al menos en el corto plazo, la ley no está teniendo los resultados esperados.
Por este motivo, se ha abierto la puerta a una modificación legislativa. La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, ha explicado que así se hará si se desprende esta conclusión del estudio. El informe se remitirá al Parlamento.
Lo que ya han señalado los familiares de las mujeres fallecidas es que en muchas ocasiones el alejamiento no impide que las maten. Tal y como ha sido el caso de María, de 67 años, asesinada este fin de semana en Jerez de la Frontera. Su agresor tenía una orden de alejamiento.
Desde la Administración animan a denunciar. De hecho, las denuncias han crecido, sesenta mil se tramitaron el año pasado. Lo que también ocurre en muchos casos, según apuntan desde del Observatorio para la Violencia de Género, es que después las agredidas no se atreven a testificar en contra de su pareja o ex pareja o simplemente retiran la denuncia.
Pero éste es el primer paso. De hecho, han aumentado las detenciones. Cada doce minutos, dicen desde el Observatorio, se detiene a un hombre por violencia de género. Y desde que entró la Ley en vigor, se han hecho efectivas más de 50.000 condenas.
Los datos demuestran que la lucha contra la violencia de género se ha emprendido. Pero también que, hoy por hoy, el Estado es aún incapaz de proteger a estas mujeres. Porque setenta de cada cien asesinadas, ha muerto en silencio, sin previa denuncia. El otro treinta por ciento denunció, pero no logró salvar la vida.