Alfonso Basterra cumple condena en la cárcel de Teixeiro por el crimen de su hija Asunta. Hoy ha pasado uno de los días más duros de su vida al enterarse de la muerte de su exesposa. "¿Qué pasó? No me digan. ¿Rosario?", han sido las palabras de la expareja de Rosario, condenado también por el asesinato de su hija adoptiva Asunta, antes de romper a llorar, según ha adelantado La Voz de Galicia.
Basterra se encontraba en el taller ocupacional y fue trasladado a una estancia para comunicarle la noticia antes de que la viera o escuchara por televisión, según el mismo diario, que señala que solo con ver las caras de los que le rodeaban Basterra fue consciente de lo que pasaba. No parece que le sorprendiera ese final trágico de Rosario. Ambos no han afrontado de la misma manera su condena. Basterra se mostró siempre más seguro de sí mismo, no se le conocen intentos de acabar con su vida, al contrario que Basterra. La comunicación entre ambos ya no existía aunque en los inicios había consistido en llamadas telefónicas y cartas.
Se da la paradoja de que Basterra, que sirve de apoyo a presos que se consideran más propensos a poder acabar con su vida, va a tener ahora un preso de apoyo para evitar que él pueda hacer algo parecido. Nadie puede saber cuál va a ser la reacción al enterarse de la muerte de Rosario.
Rosario y Alfonso se separaron el 8 de enero de 2013. Según Rosario porque Alfonso descubrió que ella le fue infiel. Rosario le dijo textualmente al juez que su marido la amenazaba, acusaciones que no reconoció nunca Basterra como tampoco en el juicio confesó nada en relación a la muerte de su hija Asunta. Retomaron la relación, pero los motivos de Rosario fueron más por interés que por amor: "Estuve ingresada por mala salud. Salí del hospital en manos de Alfonso. Estaba rota y no tenía a nadie en quien apoyarme. El cambio obedeció a una necesidad. La condición que puso para cuidarme fue que dejara a la otra persona". El asesinato de Asunta les llevó a distintas cárceles para cumplir condena.