Las animadoras de la escuela de secundaria de Rockwall, en Texas, se encontraban desfilando por las calles de la ciudad subidas en carrozas junto con el equipo de fútbol americano cuando de repente, una de las integrantes, Tyra Winters, de 17 años, saltó del vehículo y fue corriendo hacia la multitud. Entre ese tumulto de gente estaba Clarke Hornback, de 2 años, en brazos de su madre y haciendo gestos de ahogamiento. El niño se había atragantado con un caramelo y no podía respirar.
La adolescente vio los aspavientos del niño y no dudó ni un segundo en ir en su ayuda y realizarle la maniobra de Heimlich, una maniobra que le acabó salvando la vida a Clarke.
En declaraciones de Tyra a ABC News, desde la carroza vio al niño “que se estaba poniendo rojo, muy rojo, hasta el punto de que su rostro se estaba volviendo púrpura. Lo levanté, luego lo incliné hacia abajo y le di dos o tres empujones, hasta que escupió todo”.
La madre del niño, Nicole Hornback, aseguró al medio que intentó realizarle la maniobra al niño, pero no tuvo éxito, fue entonces cuando “corrí a través de la multitud tratando de entregar el niño a cualquiera”, para que así pudieran ayudarle.
Nicole se encuentra muy agradecida a Tyra por salvar la vida de su hijo: “fue muy valiente”.