La mujer asesinada en Lugo por su pareja recibió cinco golpes en la cabeza

INFORMATIVOS TELECINCO 28/08/2010 10:48

Los investigadores están convencidos de que Juan Carlos Pernas, profesor de Química en un instituto de la ciudad, realizó el asesinato con premeditación y alevosía. Se ocupó de que los hijos de la pareja, de nueve y once años, no estuvieran en casa: los había llevado unos días antes a casa de los abuelos. Allí pudo conseguir la macheta que usaría como arma del crimen, aunque es un extremo que está por confirmar.

La policía cree que la madrugada del jueves el agresor estuvo vigilando la llegada de su esposa a casa de su turno en el hospital. Una posibilidad es que viera salir a su esposa con un compañero con el que esta mantenía una relación aunque parece poco probable porque ese hombre estaba de turno en el Hospital Xeral. Una vez en casa la golpeó hasta cinco veces en la cabeza con la parte roma de la macheta. La mujer no estaba dormida y pudo intentar defenserse sin éxito. Recibió tres golpes en la cara y otros dos en la parte posterior de la cabeza que le causaron la muerte en el domicilio.

Recorrió 15 kilómetros para ocultar pruebas

El agresor mantuvo su frialdad y, tras el suceso estuvo en el piso un par de horas durantes las que lo limpió minuciosamente; después cogió el coche de la víctima y recorrió 15 kilómetros para arrojar las pruebas (las sábanas, ropa ensangrentada y la macheta) en tres contenedores distintos. Primero, en un recipiente de Garabolos. Después, en otro de A Piringalla, barrio limítrofe con el anterior, y, por último, puso rumbo al de Castelo, ubicado en la periferia, en la carretera de A Fonsagrada.

Después llamó a la policía para decir que su mujer no respondía a sus llamadas y que no podía acceder a la casa porque tenía la llave puesta por el interior.

Confesó en el lugar del crimen

Tras el hallazgo del cadáver, su pareja se convirtió en el principal sospechoso y fue detenido aunque tardó todo el día en confesar. Lo hizo cuando fue trasladado al lugar del crimen. Si hubiese tardado unas horas más, el camión de la basura habría hecho que las pruebas acabasen en el vertedero.

La mujer ha sido enterrada en el cementerio de la parroquia de Fraialde, en el municipio chairego de Pol. La comitiva fúnebre partió a las doce del tanatorio de Castro Ribeiras de Lea, donde se instaló la capilla ardiente en las últimas horas de la tarde del pasado jueves. En esa localidad es donde residen los padres de Montserrat Labrada. LA