Un ladrón entra decidido en una farmacia de Brenes, Sevilla. Lo hace escondiendo su rostro y encañonando un arma. Las clientas gritan muertas de pánico e incluso nombran a algún santo de la localidad: “Ay Dios mío... ay San Benito”.
Mientras el ladrón amenaza con su arma e insiste en que le abran la caja registradora. Los empleados se muestran firmes. Tranquilos intentan explicarles que no pueden abrir la caja registradora por un mecanismo de seguridad que lo impide. De hecho, tiene un sistema de apertura retardada y no puede abrirse al instante para evitar atracos rápidos.
El ladrón insiste y ellos mantienen la calma.
En medio de la disputa y de los gritos de pánicos, una clienta aprovecha para recuperar su monedero que estaba sobre el mostrador.
El caco cede y se va con las manos vacías. De momento, la Guardia Civil no ha identificado al sospechoso y ha abierto una investigación porque no es el único robo en la zona de las últimas semanas. En Sevilla se han detenido a varios ladrones especializados en robos a farmacias.