En las comarcas gallegas de Valdeorras y Monterrei se evalúan los cuantiosos daños. Los vecinos están desolados por las perdidas que han provocado las lluvias torrenciales y el granizo.
Excavadoras, azadas, mangueras, cepillos... Todo vale para deshacerse del lodo que impregna Infesta, la zona cero de la riada en Monterrei, aunque según dicen los propios vecinos, siguen faltando voluntarios.
Una aldea en el fondo de un valle donde el agua bajó de las montañas arrastrando maleza y tierra, castigando así a las viviendas. Hoy en la misma puerta con semejante imagen el Ayuntamiento ha solicitado la zona de emergencia.
Sólo en infraestructuras públicas han perdido más de un millón y medio de euros. Porque lo del lunes no fue el diluvio universal pero se le pareció mucho.