Marta se quedó sentada dormida en su sillita, contra la marcha y eso influyó en el olvido del padre, que acaba de dejar a los tres hermanos en un colegio muy cercano. Aparcó y se marchó al trabajo.
Nadie vio a la niña de 21 meses durante siete horas porque los cristales del coche son tintados.
Hasta que la madre fue a recogerla a la guardería, donde para su asombro le dijeron que nadie la había llevado ese día.
En su declaración policial, el padre explicó su dramático olvido. Cuando le llamó su mujer alarmada el insistía en que había dejado a la bebe en la guardería. La madre también avaló su versión y él quedó en libertad con cargos.
Los responsables de la guardería no llamaron a la familia. Eso la hubiera salvado pero no tienen obligación de comprobar por qué los bebes no son llevados al centro. Marta murió por deshidratación según la autopsia. Estuvo al sol durante siete horas.
¿Podría dejar yo a mi hijo olvidado en el coche? La respuesta científica es que sí