El hincha del River se encuentra en la comisaría del aeropuerto de Barajas a la espera de que se tramite el expediente para que regrese en otro avión a Argentina. Con la intervención policial, se ha evitado que este hincha pudiera asistir a la final de la Copa Libertadores que se jugará este domingo 9 de diciembre en el estadio Santiago Bernabéu.
Este es el segundo caso tras la deportación a Argentina de Maxi Mazzaro, un cabecilla de los ultras del Boca Juniors calificado como "uno de los Barras Bravas más peligrosos". El ultra fue detectado la noche del pasado jueves 6 de diciembre tras aterrizar en el aeropuerto de Madrid y se le prohibió la entrada en el país dada su peligrosidad y sus "numerosos antecedentes penales".
Ante la previsión de que cientos de aficionados de ambos equipos argentinos lleguen entre el próximo sábado y el domingo al aeropuerto de Madrid-Barajas, se ha establecido un amplio dispositivo especial, que les acompañarán en autobuses a las fan zones. Casi 4.000 efectivos de todo tipo participarán en la seguridad de la final de la Copa Liberadores.
Este es uno de los mayores operativos policiales de este tipo de la historia. Tal y como ha explicado el delegado del Gobierno en una rueda de prensa esta misma mañana, se movilizarán 2.054 policías nacionales, la mitad llegados de fuera de la región, 150 policías municipales para tareas de seguridad, 1.700 vigilantes de seguridad del Real Madrid y 70 efectivos de Samur y 80 de Cruz Roja, así como personal de Protección Civil y de la Federación Española de Fútbol, entre otros.
La mayoría de los aficionados procedentes de Argentina, unos 6.000 según las últimas informaciones, llegarán a Madrid por vía aérea. El resto de las entradas, unas 40.000 llegarán de Madrid, así como del resto de España y Europa. De los aficionados argentinos, hay entre 200 y 300 del Boca y otros tantos del River que la Policía considera peligrosos.