Un estudio desvela las etapas en nuestra vida en la que estamos más solos (y sorprende)

telecinco.es 26/12/2018 15:12

La Navidad es una de las épocas del año más duras para estar solo. Un estudio dirigido por el neuropsiquiatra geriátrico Dilip Jeste de UC San Diego ha analizado las edades a las que el ser humano se siente más solo. Entendían, desde el principio por puro sentido comín, que las personas mayores que pasaban más tiempo que nadie a solas serían las más afectadas, casi coparían el sentimiento de soledad. Pero cuando analizaron las evaluaciones de salud psicológica de 340 residentes del condado de San Diego con edades entre 27 y 101 años, los resultados mostraron que no todo era tan sencillo. Sí, el punto máximo de soledad de una persona se da a partir de los 80 años, pero lo más llamativo es que ese sentimiento también fue agudo entre las personas que empiezan la treintena, mientras que otro pico se mostró a mediados de los 50. Y hay razones para ello.

La treintena y los 50, etapas críticas

"El final de la década de los 20 es a menudo un período de toma de decisiones importante, que a menudo es estresante porque terminas sintiendo que la gente de tu generación ha tomado mejores decisiones que tú, y hay mucha culpa sobre por qué hiciste esto o lo que hiciste", desvela el experto en un reportaje de la CNN. La crisis de los 40 no es tal, pero sí llega a los 50 porque en esa etapa empiezan los primeros (si hemos tenido suerte) desafíos de la salu y se pone en marcha la conciencia de nuestra mortalidad.

Una vez que las personas llegan a la década de los 80, este tipo de cargas psicológicas pueden llegar a un nuevo punto álgido (o más bien a un nuevo punto bajo, emocionalmente hablando), con un aumento de la fragilidad física, condiciones como la demencia y la muerte de cónyuges y amigos. Es la etapa, comprensiblemente, en la que el ser humano se siente más desamparado y solo. Eso sí, los investigadores constataron que estamos más solos que nunca, o así nos sentimos, más que en otras épocas, a lo largo de nuestra vida. El 76% de los americanos, por ejemplo, se sienten solo.

"Una persona puede estar sola y no sentirse sola, mientras que una persona puede estar en una multitud y sentirse sola. Necesitamos encontrar soluciones e intervenciones que ayuden a conectar a las personas que las ayudan a ser más sabias". Si no, no podremos hacer frente a esta epidemia mundial.