Fernández Díaz pide "no bajar la guardia" para que la ruta de refugiados no se desvíe hacia España

EUROPA PRESS 10/03/2016 10:57

El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, ha pedido este jueves "no bajar la guardia" para evitar que el flujo de inmigrantes irregulares y refugiados que escapan de Siria a través de la ruta de los Balcanes se traslade hacia los países del Mediterráneo occidental, con el objetivo de llegar a la Unión Europea a través de países como Italia y España.

"Si se cierra la ruta de los Balcanes y del Mediterráneo central, evidentemente, la tendencia o el peligro de que sea (la nueva ruta) el Mediterráneo occidental, de manera especial la costa argelina, marroquí, mauritana, senegalesa y, por parte de la UE, España, es evidente", ha declarado Fernández Díaz a su llegada a una reunión de ministros europeos de Interior en Bruselas. "Estamos muy atentos, porque eso sería trasladar el problema", ha ahondado.

Fernández Díaz ha destacado el trabajo que España realiza en materia de seguridad y control de su frontera exterior, "bajo los principios de solidaridad y responsabilidad" y en colaboración con países como Marruecos, Argelia y Mauritania, si bien ha reclamado que ello no se vea afectado por la gestión de la crisis de refugiados.

El ministro ha subrayado la "tarjeta de servicios muy digna" que presenta España en materia migratoria, por lo que ha considerado que España es "parte de la solución, no del problema".

"No vayamos a pretender arreglar un problema creando un problema donde hasta ahora no existía, como es la zona de España", ha insistido, después de haber pedido que no se aceleren situaciones que "no seamos capaces de gestionar".

Para evitar que la presión migratoria de la ruta de los Balcanes se traslade hacia el sur, Fernández Díaz ha abogado por actuar con "inteligencia, sin dogmatismos y son demagogia", subrayando la necesidad de combinar la solidaridad con "responsabilidad".

En el marco del papel de España para tratar de contener la crisis de refugiados, Fernández Díaz ha confirmado que el Gobierno ha notificado a Bruselas su "voluntad" de proceder a un "inmediato reasentamiento" de 450 personas, de las que 250 serán trasladados desde Turquía y el resto de Italia y Grecia.

Se trata de la primera fase de la puesta en práctica de los compromisos asumidos por España con los programas europeos para repartir entre toda la UE 160.000 plazas para solicitantes de asilo llegados a Grecia e Italia y otras 22.000 para refugiados trasladados desde países terceros, en especial desde Turquía, Jordania y Líbano.

TURQUÍA, SOCIO ESTRATÉGICO PARA FRENAR EL FLUJO

El ministro también se ha referido al acuerdo que ultima la Unión Europea con Turquía para deportar a este país a todos los inmigrantes irregulares, incluidos los demandantes de asilo sirios, que lleguen a Grecia a través de su frontera. A cambio, los Estados miembros se comprometen a reubicar directamente desde Turquía a un número equivalente de refugiados instalados ya en el país.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE sellaron las bases del acuerdo el pasado lunes con el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, y ahora se trabaja a nivel técnico y jurídico para cerrarlo en la próxima cumbre europea de los días 17 y 18 de marzo.

"Se va a ir precisando, concretando y aclarando la aplicación de esas conclusiones, desde la convicción de que van a ser absolutamente concordes con la legislación internacional y con los principios fundamentales de la UE", ha dicho Fernández Díaz. "No tengan duda de que los jefes de Estado y de Gobierno son personas responsables y saben lo que hacen", ha remachado.

Respecto a las críticas recibidas por el acuerdo, del que el Alto Comisionado de Naciones Unidas para el Refugiado (ACNUR) ha dicho que es ilegal y contraviene la Convención de Ginebra, el ministro español se ha mostrado convencido de que las aclaraciones que se negocian corregirán las dudas.

Preguntado por si cree que Turquía cumple con los estándares de Derechos Humanos y respeto de libertades para deportar a refugiados, Fernández Díaz ha respondido que se trata de un "socio estratégico" de la Unión Europea y en la OTAN, "sin cuya colaboración no podemos hacer frente al problema que tenemos".