Ahora que el conocido como 'segundo violador del Eixample' va a quedar de nuevo en libertad, asegura que existen varias opciones: la prisión o el especialista.
"También hay intervenciones. Son unas intervenciones que se hacen en el cerebro, pero eso no va a querer", nos comenta.
No se muestra preocupada en el caso de que ésta operación trajera consigo algún tipo de complicación. Es más, asegura que en caso de que "se quedara tonto, le pido a la Seguridad Social una silla de ruedas, pañales y me hago cargo yo".
Sea como fuere, lo que ella más desea es no preocuparse "sabiendo que las niñas pueden ir por la calle tranquilas, al menos por la parte de mi hijo".
"La cárcel no es sitio para estos enfermos"
El 16 de marzo será acusado, de nuevo, por una agresión cometida a una mujer en Barcelona. Podría ingresar otra vez en prisión y esta opción no le parece la adecuada a María del Carmen. "No es sitio para estos enfermos", matiza.
Para esta última acusación, aporta una coartada. Su hijo estaba en casa de la novia ese día, ella misma habló con él por teléfono. "Además, a él le gustan las niñas, no coincide", asegura.
En el tiempo que permaneció preso no se le implantó ninguna medicación, salió y volvió a reincidir, aunque, en parte, era algo que se esperaba ya que se dejó claro que no estaba rehabilitado.
Su esperanza está puesta ahora en manos de los jueces, aquellos que le llevaron hasta la cárcel de Quatre Camins y Perpiñán. "Deberían intervenirle en un centro psiquiátrico".
Una madre es una madre hasta el final pero Maria del Carmen confiesa que está asustada. "Me da pánico, es un peligro". Por eso no quiere que vuelva, al menos no la persona en la que se ha convertido. RSO