Cada hora que pasa es crucial para el rescate de Julen. Los equipos de trabajo son conscientes de ello, así como de la complejidad técnica que exige llegar hasta el lugar donde se cree que se encuentra el pequeño tras caer, –tal y como su propio padre y una prima de éste han afirmado–, por el estrechísimo pozo de 25 centímetros de diámetro que centra toda la atención de los efectivos desplazados a la zona. Cualquier error de cálculo puede ser fatal, y por eso, pese a la necesidad de actuar lo más rápido posible, cada paso debe ser estudiado al milímetro para no provocar ningún desprendimiento o derrumbe a lo largo del túnel de 107 metros de profundidad donde se cree que puede estar el pequeño, de tan solo dos años.
A destajo, contra reloj y de forma incansable, Guardia Civil, bomberos, técnicos y especialistas han encontrado una oleada de solidaridad que se ha volcado desde el primer momento para ayudar en la búsqueda de Julen. Junto a ellos se encuentran numerosas empresas, organismos y administraciones colaboradoras que se han sumado para prestar su asistencia. Equipos de montaña de Málaga; Unidades de Seguridad Ciudadana de la Compañía de Vélez; el Grupo de Actividades Subacuáticas; el Seprona de Málaga; la Unidad Orgánica de Policía Judicial; USECIC; Destacamento de Tráfico; la propia Junta de Andalucía; la subdelegación del Gobierno en Málaga; la brigada de Salvamento Minero dependiente del Principado de Asturias; la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Málaga; el Ayuntamiento de Totalán; el 112; Protección Civil; y un largo etcétera de empresas colaboradoras, ingenieros de caminos y especialistas en montañismo, sondeos y trabajos especializados de limpieza en pozos y tuberías.
Toda ayuda es útil ante la esperanza de que, al fondo de ese estrechísimo túnel, Julen esté aún con vida. Ya son tres días buscándole, explorando la forma en la que acceder al lugar sin provocar desprendimientos o derrumbes. Tras barajar distintas vías como excavar a cielo abierto, intentar romper el tapón de tierra formado en el pozo o abrir un túnel en paralelo, la opción escogida finalmente por los equipos de rescate es excavar una vía perpendicular con una máquina excavadora, –aprovechando la ladera de la pendiente–, que podría medir hasta 80 metros. Es una operación lenta, pero es la más segura.
Julen cayó por el pozo arrastrando a su paso piedras, tierra y raíces hasta formar un enorme tapón. Por eso se va a atacar la zona de forma lateral: para llegar bajo el tapón donde se cree que se encuentra el pequeño. Durante el proceso, una cámara inspeccionará la galería por la que luego accederán los equipos de rescate, y además, el último tramo será excavado de forma manual para evitar que la maquinaria pueda derrumbar el túnel actual, el cual se ha revestido para asegurarlo. De esto último se encargará el equipo de rescate minero de Asturias desplazado hasta Totalán para colaborar en la tarea de rescate. Serán ellos los que realicen manualmente los últimos tramos de la galería destinada a encontrar al pequeño.
“Nosotros siempre trabajamos con la idea de que Julen esté vivo”, ha explicado el portavoz de la Guardia Civil, Bernardo Moltó, apuntando que la prioridad es la seguridad del niño.
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Cada minuto que pasa incrementa la tensión y la angustia para una familia que hace tan solo un año y nueve meses perdió a otro hijo de tres años, que padecía una cardiopatía congénita.
En declaraciones para El Programa de Ana Rosa, el padre de Julen expresaba su desconsuelo y su indignación por la lentitud con la que transcurre la operación de rescate, a pesar de que desde el primer momento se ha insistido en la complejidad técnica de la misma. No hay palabras para paliar su sufrimiento y su tensión; para tranquilizar sus nervios ante la incertidumbre sobre el estado del pequeño.
"Muchos tuits de apoyo, muchos votos pero medios ninguno. ¿Sabe usted lo que es llevar aquí 30 horas esperando a que saquen a tu hijo de un pozo? No pongáis que está viniendo ni el alcalde ni nadie, poned lo que están haciendo aquí que no están haciendo una p... mierda", ha afirmado en una conversación telefónica con el programa, reflejando su angustia.