Los mineros bajarán de dos en dos y trabajarán en turnos de 40 minutos para rescatar a Julen cuando terminen de asegurar la plataforma que garantiza su seguridad. En esta misión sin precedentes –rescatar a un bebé de dos años y medio atrapado en el fondo de un pozo ilegal a más de 70 metros de profundidad desde hace 11 días- la Brigada de Salvamento Minero de Asturias no estará sola.
Les acompañarán agentes de la Guardia Civil y bomberos. Los primeros serán los encargados de hacer microvoladuras si hiciera falta. Hay que tener en cuenta que el terreno del cerro de Totalán es muy complicado y ha sido precisamente la dureza de la roca la que ha complicado una y otra vez el rescate y la perforación.
Los mineros trabajarán a mano y con martillos neumáticos. Si se encontrarán roca dura, los miembros de la Guardia Civil se encargarían de hacer mircovoladuras para debilitar la roca y que los mineros pudieran seguir trabajando. Los expertos dicen que esto se ha hecho más veces y que no hay riesgo de que se produzca una onda expansiva.
Los bomberos serán los encargados de darles apoyo logístico a los mineros con la ventilación y cuestiones de seguridad.
Estos mineros son un equipo de élite. Quienes conocen su trabajo aseguran que están más que acostumbrados a trabajar en circunstancias inhumanas. Allí abajo hay poco oxígeno y un terreno que no conocen. No obstante, aunque son discretos, ya han dicho que no saldrán de allí sin Julen.