El Pontífice ha arremetido, además, contra la indiferencia ante el sufrimiento ajeno. En este sentido, ha explicado que la misericordia "no puede quedarse indiferente ante el sufrimiento de los oprimidos, ante el grito de las que es sometidos a la violencia, reducidos a la esclavitud, condenados a muerte". "Es una dolorosa realidad que aflige todas las épocas, también la nuestra", ha añadido.
Así, ha criticado las actitudes duras que ante el sufrimiento piensan a otra cosa para concluir que Dios no aparta jamás "la mirada ante el sufrimiento humano", sino que escucha e "interviene para salvar" a través de los hombres que tienen la semilla que empuja "a operar en favor de los oprimidos, como Moisés". "En la sagrada escritura la misericordia de Dios está presente en toda la historia del pueblo de Israel", ha comentado.
En este sentido, el Pontífice ha comentado que las intervenciones de Dios para "dar alivio" son opuestas a "las obras de los que actúan siempre para matar, por ejemplo, los que hacen la guerra".
"Si nosotros somos hijos de Dios, tenemos la posibilidad de tener la herencia de bondad y misericordia ante los demás --ha añadido--. Hagamos cosas de misericordia".