Un perro que cayó por un acantilado de más de 160 metros de altura fue hallado con vida cuarenta y cinco días después. Había sobrevivido comiendo algas marinas, piedras y palos a pesar de haberse roto una pata.
Shadow había salido de paseo con sus dueños, Amber y Wayne Whiting, ambos de 39 años, en Eype, Dorset, cuando se puso a perseguir a un rebaño de ovejas y se precipitó por un barranco. Sus dueños lo buscaron por todas partes, acompañados por amistades y miembros de la Guardia Costera, pero no encontraron ni rastro del Shar Pei de un año de edad.
Semanas después un turista vio a Shadow merodeando por la zona en unas condiciones muy penosas y procedió a informar a la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (RSCA), que revisó el microchip del animal y descubrió que pertenecía a los Whitings.
"Cuando recibí la llamada, lo encontraron, estallé en lágrimas, recuerda Amber. "Habíamos perdido la esperanza de volver a verlo. Pensé que había muerto o había sido robado. Cuando mi esposo lo vio por primera vez, se encontraba en un estado tan lamentable que no creía que fuera él", cuenta su dueña.
"El veterinario dijo que tal vez estaba atrapado en algún lugar, pero logró llegar al fondo del acantilado. Parece que ha comido todo lo que pudo. Le han quitado piedras, palos y algas de su estómago. Es un milagro ver cómo ha sobrevivido y cómo se está fortaleciendo todo el tiempo", añade Amber.
Shadow se rompió la pata trasera izquierda y su peso bajó de 50 a 24 libras. Ahora necesitará una operación y se mantendrá en el veterinario para ayudarlo a subir de peso. Un yeso en su pierna derecha delantera impide que llegue a un goteo intravenoso en la extremidad lesionada. Se espera que su recuperación sea completa.