La presencia de cada vez más minimóviles en las cárceles españolas preocupa a las autoridades

  • En centros con reclusos muy peligrosos han incautado teléfonos del tamaño de la tapa de un bolígrafo o un mechero

  • En el año 2019 se intervinieron más de 2 mil 500 minimóviles

  • Su tenencia es susceptible de ser tipificada como una falta grave

Las autoridades han mostrado su inquietud porque en centros con reclusos muy peligrosos han incautado teléfonos del tamaño de la tapa de un bolígrafo o un mechero. Estos móviles detectados en las cárceles españolas son aparatos diminutos que se pueden introducir en las prisiones de una forma muy sencilla y que permiten a los presos burlar la seguridad.

Miden tan solo 5 centímetros, lo mismo que un capuchón de un bolígrafo. Son tendencia en las prisiones españolas. En el año 2019 se intervinieron más de 2 mil 500 minimóviles. Los esconden en lugares insólitos, como la suela de un zapato una lata de refresco e incluso se los tragan, ya que caben prácticamente en cualquier sitio. Su calidad es pésima porque son 100% de material plástico pero eso les permite no ser detectados a través de los arcos de seguridad.

José Ángel Vázquez es el director de la cárcel de Teixeiro, en La Coruña. En esta prisión cumplen condena algunos de los presos más peligrosos, como Igor el Ruso. Los minimóviles en la calle cuestan unos 20 euros pero su precio en las cárceles se dispara. Según anuncia el director de Teixeiro, los introducen las familias de los presos que, para llegar a ellos, se los meten en el cuerpo, imposibles de detectar por el material.

Al propio Francisco Correa, preso por la trama Gürtel, le pillaron uno hace unos meses. El problema, más allá de incumplir la normativa, es que a muchos les sirve para seguir dirigiendo sus negocios criminales desde la cárcel. Narcotraficantes, corruptos y hasta yihadistas pueden continuar en el mercado. Se convierten en el origen de numerosas peleas y extorsiones. Desde el año 2000, el primero del que hay estadísticas, Instituciones Penitenciarias se ha incautado de 17.140 de estos. En 2017 fueron 1.383. Casi cuatro al día. Son objetos prohibidos y, como tales, su tenencia es susceptible de ser tipificada como una falta grave que acarrea sanciones a los reclusos que los posean. Estos castigos van desde la prohibición de salir al patio durante un mes al ingreso temporal en una celda de aislamiento.