Sarah Ellis acudió al Calderdale Royal Hospital, en Halifax (Reino Unido), a causa de unas molestias. Sin embargo, no fue atendida como esperaba, ya que no pudieron ingresarla al no haber camas suficientes y no estaba en un estado avanzado de gestación.
Días después regresó al centro, ya que se percató de que no sentía ningún movimiento del bebé. En esta ocasión fue admitida en la maternidad del hospital. Sin embargo, tuvo que esperar seis horas para ser atendida, tal y como recoge el ‘Mirror’.
Finalmente Sarah fue atendida y le practicaron una cesárea. El bebé nació muy grave y tuvo que ser reanimado hasta en dos ocasiones. Durante unos días el recién nacido estuvo conectado a una máquina que le mantenía con vida hasta que falleció tres días después.
Sara y su marido Adam han recurrido a los tribunales para hacer justicia, ya que consideran que el hospital cometió una negligencia, no solo por mandarla a casa por no haber camas, también porque considera que las condiciones en las que se la atendió no eran las adecuadas.