El protocolo antisuicidos que se aplica en las prisiones españolas se inicia tras solicitarlo los psicólogos y psiquiatras que atienden a los reclusos, sobre todo a los que tienen un perfil o situación de riesgo con propensión a intentar quitarse la vida.
Desde el momento de su activación el recluso deja de estar solo y se le asigna un compañero de confianza. En paralelo se le apoya para que se integre en las actividades que se realizan en el centro y se le proporciona apoyo psicológico y psiquiátrico.
Este es el caso de Rosario Porto que en la actualidad cumple su condena de 18 años en la prisión de A Lama, Pontevedra. Porto y su marido, Alfonso Basterra fueron condenados por el asesinado de Asunta, la hija que ambos adoptaron cuando tenía un año de vida.
Prisiones confirma la existencia de un "incidente" con Rosario el día 12 de noviembre, motivo por el cual ha decidido “reforzar de forma preventiva” el protocolo antisuicidios en el que está integrada.
Consideran no obstante que se trata de un “hecho aislado” y entienden que ha sido “una llamada de atención” de Rosario.
Lo cierto es que no es la primera vez que Porto ha intentado quitarse la vida. Lo hizo en dos ocasiones durante mientras esperaba el juicio y lo volvió a intentar una tercera a finales de febrero de 2017 cuando tuvo que ser trasladada a un centro hospitalario tras ingerir una gran cantidad de pastillas.
También te puede interesar: