Sobrevive dos días bajo el casco de un barco hundido gracias a una bolsa de aire

INFORMATIVOS TELECINCO 13/06/2013 12:18

Harrison Okene, el cocinero del barco Jason 4, estaba seguro que iba a morir cuando naufragó el pasado 26 de mayo, cuando la embarcación en la que trabajaba trataba de estabilizar a un petrolero en una plataforma del Atlántico.

De las 12 tripulantes, los buzos ya habían rescatado diez cadáveres y pensaban que no había supervivientes, según ha publicado The Mirror.

Okene sobrevivió, respirando en una burbuja de aire de poco más de un metro mientras el remolcador se hundía lentamente y el agua seguía subiendo desde el techo del baño y el dormitorio adyacente donde él se había refugiado.

"Estaba allí en el agua en total oscuridad pensando que era el final. Pensaba que el agua iba a llenar la habitación, pero no lo hizo", contó Okene su odisea.

El hombre, que estaba en el baño, cuando su barco naufragó ha contado que todo empezó a volcar y ya no había luz, mientras el agua entraba violentamente.

Okene fue arrastrado a lo largo de un estrecho pasillo a otro baño, esta vez junto a la cabina de los oficiales del barco, mientras el barco volcado se estrellaba contra el suelo del océano. Él seguía respirando.

Mientras el hombre vivía lo que pensaba serían sus últimas horas, un equipo de buzos enviados por la compañía petrolera Chevron y el propietario del barco estaban buscando a los tripulantes, a los que creían muertos.

"Escuché un ruido de un martillo contra la embarcación. Boom, boom, boom. Nadé hacia el fondo y encontré un grifo. Lo desmonté y con él golpeé el interior del casco. El buzo debió escucharlo.

Los buzos entraron en el barco y lo rescataron con una máscara de oxígeno y un traje de neopreno. Llegó a la superficie a las 19:32, más de 60 horas después de que el barco naufragara.

Okene, todavía tuvo que pasar otras 60 horas en una cámara de descompresión para no morir.