Ya en la edición anterior de 'Operación Triunfo, Risto Mejide dio el 'cante' con su peculiar forma de criticar a los concursantes. A raíz de ahí se convirtió en un gran personaje social, imitado por muchos y querido y odiado por otros. Hizo la vida imposible a muchos 'triunfitos' con sus comentarios fuera de lugar o sus críticas constructivas. Pero gracias a este catalán todos supimos cómo debía ser un verdadero cantante: un producto que se puediera vender.
Lo que se puede decir es que Risto Mejide se ha convertido en un miembro del jurado indispensable en el concurso y por ello repite en esta nueva edición. Será el encargado de dar ese toque desagradable a las actuaciones de los concursantes que aspiran a convertirse en los nuevos cantantes del panorama español. A pesar de su figura de 'hombre fatal' se le ha podido ver a Risto, por primera vez, su lado más humana. La culpable de esto ha sido una joven de 26 años llamada Gleydis que participó en los castings.
Tras la actuación de esta chica, Risto le dijo que no la quería en el concurso por cómo no se había "arreglado para venir" y por su físico. Gleydis no pudo evitar llorar porque se había sentido "muy humillada" por el miembro del jurado. Tras esto, Mejide se sintió culpable y se dirigió a la joven para darle "un abrazo de verdad".
Esta ha sido la única muestra de 'cariño' que se le ha podido ver al catalán porque comentarios y valoraciones negativas son las que han predominado en las pruebas de acceso a la academia. Aunque él mismo se autodescribe como un hombre que "respeta mucho a la persona" no pudo evitar hacer críticas al más puro estilo Risto. Entre las más sonadas han estado un "no me creo que tú te creas que cantas bien" o "me puedes cantar otra donde quieras y cuando quieras pero fuera de aquí".