Hoy el programa dio un trato casi estelar a esta batalla, interrumpiendo la ronda de actuaciones para organizar un encuentro entre los dos 'rivales' que por supuesto iba a dejar muchas perlas para la posteridad.
Ángel Llacer, el primero en hablar (y mientras llevaba en la solapa un broche en forma de pistola, ¿quién sabe si incidental o no?) y recriminó a Risto su actitud antipática y excesivamente crítica con los concursantes, entrando en temas que el jurado desconocía puesto que son los profesores, dijo, los que comparten en día a día con los alumnos en la academia. "Es mi obligación velar por sus emociones en sus momentos bajos tras tus nominaciones", le aclaró. Mientras él protege a los jóvenes, prosiguió dirigiéndose al publicista convertido en superestrella catódica: "tú pareces buscar conflictos, eres oportunista, antipático, incluso inteligente, pero seguro que a ti no te gustaría que yo me quedara sólo con lo que pareces. No soy tan frívolo".
Pese a todo, Ángel remató con un piropo: "te lo digo de corazón, me encantas, no por lo que pareces sino por lo que eres ". Incluso llegó a ofrecer a Risto su móvil ("tienes mi número") para hablar un día y arreglar todas las diferencias.
Risto respondió con su tono entre irónico, perdonavidas y pasota de siempre. "Me había traído unos cascos por si no me gustaba lo que escuchaba", comenzó. Después añadió algo que es ciertamente un pensamiento extendido entre la audiencia: "me hace mucha gracia cómo los realities aprovechan este tipo de trifulcas para sacar vídeos". Y agregó: "que tu academia deje de ser la casa de gran hermano y sea un lugar donde la gente va a progresar".
Ya replicando directamente a la crítica, el miembro del jurado se defendió así: "el día que alguien decida que no sirvo para este trabajo no te preocupes que me lo van a decir al minuto dos. Si estoy aquí es por el desempeño de mi trabajo que hago mejor o peor como buenamente sé. Si yo no te tengo que decir cómo dirigir la academia no me digas cómo tengo que nominar". Y dio por terminada la polémica, del mismo modo que Llacer, con unas palabras bonitas de acercamiento pero no exentas de un dardo final envenenado: "tú también me encantas pero, por favor, devolvamos el protagonismo a ellos y dejemos de alimentar los vídeos de los realities. Yo no he venido para eso".