Los siete motivos por los que Bruno Lachambre puede entrar en el club de los malos más malos del cine y la televisión

Fachada respetable: De cara al gran público, Lachambre es el hombre de negocios que se ha hecho rico a base de trabajo duro: "Pasé tres años entre rejas. Nadie daba un duro por mí… y mírame ahora". Es dueño de varias inmobiliarias, tiendas de telefonía,… pero el verdadero negocio lo hace al margen de la ley y su sede de operaciones es El Oasis.

¿Escrúpulos? ¿Qué es eso?: “Al final tengo que encargarme personalmente de todo esto”, dice Lachambre en el primer capítulo, cuando va a casa de Rafa para matarle. Sin titubeos, sin dudar. Como a todo buen malo, no le tiembla el pulso.

Tiene a un ejército de personas detrás, dispuestas a seguir todas sus órdenes: algunas lo hacen por fidelidad, pero para la mayoría la motivación principal es el miedo. No son stormtroopers, pero su lugarteniente Lario y compañía se han manchado las manos más de una vez.

Suit up! (ponte traje): Si un malo quiere imponer de verdad, se pone elegante. El smoking de Vito Corleone, el traje impoluto del agente Smith de ‘Matrix’,… ¡hasta Satán en pactar con el Diablo!

Tiene un mote: A Bruno le llaman ‘El Francés’, aunque no le guste. Otros malos con apodo son lord Voldemort (quien vosotros sabéis, el villano de Harry Potter, se llamaba Tom Riddle), Dos Caras (anteriormente conocido en Gotham como Harvey Dent) y ‘El patrón’, uno de los apodos del narco Pablo Escobar.

Ha estado en la cárcel: Loki (‘Los Vengadores’), Hannibal Lecter, el Joker… la lista es inmensa.

Tiene un lado tierno, aunque no lo parezca: Hay malos sin ningún punto flaco, pero la mayoría tienen un punto débil que les hace sacar su lado más tierno. ¡Si hasta Dath Vader traicionó al Imperio por Luke! El de Lachambre es sor Lucía.

¿Le aceptamos en el club de los supervillanos… o esperamos a que termine la serie, por si acaso?