El abogado de los Grayson está en lo cierto: había, al menos, una persona más en la escena del crimen. El 'sensei' de Emily, Satoshi Takeda, dejó a Daniel inconsciente golpeándole con una piedra después de que éste lograra arrebatarle el arma a Tyler y dispararle en el pecho en defensa propia. A continuación, Satoshi remató al desgraciado gigoló de dos disparos por la espalda, llevándose la foto que evidenciaba los planes de venganza de Emily Thorne. Como ya sabemos, después recogió a Amanda y no se la ha vuelto a ver desde entonces.
Sin embargo, es precisamente de Amanda y de Jack de quienes sospecha el letrado. El dueño de la ‘Stoweaway Tavern’ ha dicho a todo el mundo que canceló su viaje a Tahití por un fallo en el motor de su bote, sin embargo Emily conoce la verdad gracias a la cámara de Nolan. Tampoco Declan se traga la excusa de su hermano y no tarda en descubrir su sudadera manchada de sangre. Promete protegerle, ya que está convencido de que él no mató a Tyler.
Nolan le ofrece a Jack pagar la reparación su barco para que pueda marcharse, pero el no piensa irse sin Amanda. Además, Porter ha descubierto un recibo de cinco millones de dólares que la muchacha le dejó en su coche antes de desparecer, lo que le hace sospechar que los Grayson se encuentran detrás de su desaparición. Con verdadera desesperación, Emily se da cuenta de que su amigo se ha implicado hasta el cuello en la trama de su venganza y ahora se encuentra en graves problemas.
Algunas fotos de Daniel en la playa cubierto de sangre se han filtrado a la prensa. Ashley, 'portavoz oficial' de la familia Grayson ante los medios, se encuentra en su elemento. Siguiendo la fuente de la filtración, Nolan averigua que ella ha sido la responsable del monumental escándalo.