Rocío Carrasco saca a la luz los reveladores informes psicosociales de sus hijos y Antonio David: “Ahí empezó la semilla del mal”

  • Los informes revelan que Rocío Flores se sentía identificada con su madre: “Mi hija se sentía quería, elegida, protegida, es la imagen que ella tenía”

  • "Se le tuvo que embargar 26.000 euros porque no había pasado la pensión nunca”

  • Los psicólogos alertaban ya entonces de que existía un riesgo de "cronificación con mediatización de menores": "¿Qué es lo que ha pasado? Eso es lo que ha pasado"

Rocío Carrasco ha contado que ya en febrero del año 2002 acudió a los tribunales con sus hijos para que el equipo de psicólogos evaluara la situación y elaborara unos informes psicosociales de todos ellos, informes con un contenido revelador.

En los textos ya queda claro que a Rocío le preocupa lo que sus hijos puedan “oír o ver” durante el proceso y que les haga “daño” ver lo que su padre o su madre dijeron.

Tras charlar con la niña, ven que intenta agradar en su relación materna, deja claro que su madre solo se iba cuando ella estaba con su padre y tiene una imagen de una madre que “atiende, controla, vigila y se preocupa”.

De hecho, la niña se “identifica” con su madre, se siente “elegida” y “segura” en la relación, aunque siente “temores” en la separada y “rechazo” ante figuras “sustitutas”. Afectada por el relato, Rocío decía llorando y mirando a cámara: “Ella se sentía quería, elegida, protegida, es la imagen que ella tenía”.

En cuanto al informe de Antonio David, Rocío cree que lo “calca”. Hablan de una personalidad con tendencia preferente a “resolver dificultades” y “buscar gratificaciones”. “Va a profesar afecto mientras desarrolla operaciones de resolución de problemas”, añade el texto que destaca un “problemático control emocional” en el que pueden “impulsividad ante situaciones de tensión o estrés emocional”. Añaden además que se “perturba y emociona con facilidad”.

El acuerdo al que quería llegar Antonio David Flores

Rocío ha respondido además a las acusaciones que Antonio David formuló en su contra y es que se quejaba de que el litigio se planteó “desde el principio” y calificaba como “prepotente” la actitud de su mujer: “Se niega a ningún tipo de acuerdo”.

Pero, al parecer, el acuerdo era éste: “El acuerdo era que le diera a los niños, una pensión compensatoria de 250.00 pesetas y una pensión por cada niño de medio millón”, decía Rocío. “Si tú creces solamente con una versión de los hechos y si a ti la persona que es tu padre, que es lo más grande que puede haber, un padre y una madre, te va inculcando eso desde que eres pequeño, al final aunque hayas vivido una situación diferente termitas creyéndotelo”, reflexionaba Rocío sobre sus hijos.

“Ha ido de padre doliente y nunca los ha querido tener”

Enfadada, Rocío acusaba a su exmarido de “ir de padre doliente” quejándose de que le ponían trabas para estar con sus hijos cuando no era cierto: “Nunca los ha querido tener”. Es más, se quejaba de que tuvo que llevarle a los tribunales para que pagara la pensión: “Tuve que iniciar un procedimiento para que se le embargaran los sueldos que percibían en ‘Crónicas’ o ‘Tómbola’ y luego lo tenía que ver de padre doliente dándose mucho golpe de pecho, se le tuvo que embargar 26.000 euros porque no había pasado la pensión nunca”. Es más, recordaba que se justificó alegando que tenía que ingresar la pensión en una cuenta a nombre de Fidel Albiac: no era sí, ambos eran titulares de la cuenta, no solo su pareja.

“Ahí ya estaba empezando la semilla del mal”, decía Rocío enfadada y, continuando con los informes, descubríamos algo de lo que ya alertaban los psicólogos: había un riesgo de cronificación con mediatización de menores: “¿Qué es lo que ha pasado? Eso es lo que ha pasado”.

“Me dijo ‘te vas a cagar, Rociíto’ y lo ha conseguido”

“Lo ha conseguido”, se quejaba Rocío recordando lo que le dijo su marido cuando ella manifestó su intención de separarse: “Me dijo ‘te vas a cagar, Rociíto’. Me ha quitado lo más importante que tengo en mi vida, que son mis hijos, me los ha quitado, pero no que hayan desaparecido, me los ha quitado teniéndolos, y no me los ha quitado, ha hecho que me odien y que tengan esa imagen de mí, que es mucho más cruel todavía si cabe”.

Además, Rocío ha contado un episodio sucedido tras un fin de semana de los niños con su padre. Según su testimonio, su hijo pequeño llegó con un enorme bulto en el brazo: se había caído de una litera y no le habían llevado al médico. Acudieron a urgencias y el brazo se había roto por la mitad, con lo que Rocío acudió aponer una denuncia al juzgado de guardia.