Después del accidente de tráfico que le costó la vida a Carlos Parra, el entorno de Ortega Cano encargó un informe pericial a José Joaquín Espinosa de los Monteros. Seis son las conclusiones a las que se llegan:
1º El vehículo Seat Altea no advierte el peligro, con lo que no reacciona a tiempo.
2º El vehículo mercedes invade el carril izquierdo provocando una situación de riesgo y cometiendo una infracción.
3º El vehículo Mercedes advierte el peligro con suficiente antelación y tiempo de reacción para evitar el accidente.
4º El vehículo mercedes circula a más velocidad cometiendo con ello una infracción ya que la velocidad a la que circula se estima en 110 km/hora y la máxima permitida en dicha vía es de 90 km/hora.
5º la reacción del conductor del vehículo Mercedes es excesivamente lenta e imprudente al frenar y dejar su vehículo obstaculizado en el carril contrario.
6º teniendo en cuenta la reacción lógica de un conductor en condiciones normales, que dispone de tiempo de reacción suficiente solo me cabe pensar que el conductor de dicho vehículo no circula haciendo uso de todas sus capacidades.
La conclusión a la que llega el perito es: dicho conductor circulaba bajo los efectos de alguna sustancia que modificaba su percepción de la realidad.
"Este informe me lo encarga el entorno de Ortega a través de José Antonio Rodríguez Ortiz. En principio no se piensa que el informe sea demoledor para él. Se me indica por encima cómo pudo ser el accidente por encima, si puedo hacer la reconstrucción, qué pienso a primera vista sobre él. Digo que en principio tengo que analizarlo, hasta que no lo vea claro no puedo determinar si hay alguna culpabilidad y de quién sería. Me dicen que iban a comunicarse con él y me dirían cuánto me iban a pagar", ha explicado José Joaquín Espinosa.
Después de este primer contacto pasan unos días y le indican la forma en la que iban a realizar el pago, "9.000 euros recogidos en Madrid para gastos, otros 9.000 euros que se lleva este señor porque también es perito y luego 70.000 euros divididos en dos. Yo me quedo con la mitad y el otro perito, José Antonio Rodríguez Ortiz hace la mitad del trabajo", ha proseguido. José Joaquín Espinosa comienza a realizar su trabajo pero durante este tiempo en ningún momento tiene contacto con Ortega Cano, "en principio para realizar mi trabajo debería de haberle visto. Lo correcto debería haber sido que Ortega Cano hubiera pasado por el despacho y hubiera firmado un encargo. Pero estamos hablando de una personalidad, hablando de mucho dinero, de un bufete normal y corriente de Sevilla donde se le abre los ojos a cualquier cuando se te habla de esas cantidades", ha dicho el perito.
Cada cierto tiempo José Joaquín Espinosa les recordaba que había que firmar el contrato, sin embargo le daban largas continuamente. El tiempo pasaba y el perito ya había concluido el informe pericial, "yo estaba viendo algo raro", ya que no había cobrado todavía. "En un principio pensé que estaban intentando timar a Ortega Cano, creo que puede ser el caso de que le ofrecieran un trabajo que lo iba a exculpar de todo y que luego resulta que es mentira, que era inculpatorio", ha afirmado.
José Joaquín Espinosa ha asegurado que en todo momento está hablando desde la suposición, y cree que su informe se le ofrece a Ortega Cano, sin embargo el diestro no conoce las conclusiones finales.