El porqué del distanciamiento de Carlota Corredera y Kiko Matamoros: sus piques ante la docuserie de Rocío Carrasco

Carlota Corredera y Kiko Matamoros acaban de reencontrarse en el plató de ‘Sálvame’. Dejando claro que nadie ha echado a nadie, sí han confirmado que han tenido un periodo de reflexión tras el que han hablado y han puesto el contador “a cero”. Pero ¿Qué ha pasado hasta llegar a esta situación?

La presentadora y el colaborador protagonizaron sonados piques y tensos enfrentamientos, sobre todo, por sus opiniones encontradas con respecto a la docuserie de Rocío Carrasco, espacio que presentó Carlota y que Kiko Matamoros no vio.

La primera vez que coincidieron en plató, Kiko Matamoros pidió a la presentadora que le convenciera pero ella tenía claro que no tenía que hacerlo.

De hecho, Matamoros llegó a abandonar el plató de ‘Sálvame’ ante el debate.

El hecho de que no viera el espacio provocaba la irritación de Carlota, que no entendía sus críticas ante algo que no había visto. “Tienes mucho valor y mucha suerte de que yo no sea la directora de ‘Sálvame’, ibas a estar viendo la serie y minutándola mientras te borras el tatuaje”, bromeaba la presentadora.

Sus piques se repitieron con el tiempo. “¡Estás igualando a una víctima con su agresor!”, reprochaba en cierta ocasión la periodista al colaborador. Y otras veces han derivado en momentos como este: "¿Qué tiene que hacer Rocío Carrasco, ponerse de rodillas y que la sigan flagelando?".

Pero el conflicto se recrudeció, era algo visible para todos y la actitud del colaborador fue cuestionada. “Parece que está buscando su despido”, decía Jorge Javier Vázquez de Kiko y proponía solucionar el tema con una “cumbre de la paz” en ‘Sálvame’. Sin embargo, la presentadora no estaba muy por la labor: "Si nos vemos las caras en un plató, él no tiene nada que perder, pero yo sí".

Sin embargo, Kiko Matamoros dejó claro que no estaba buscando eso: “Nada más lejos de mi intención" y recordaba que la libertad de opinión está “para ejercerla”.

Muy seria, Carlota aclaró que cuando Matamoros “cargó” contra ella, el “origen” de su cabreo era otro y le dejaba claro: “Yo no soy su problema. No sé por qué me atizas a mí. Durante mis vacaciones dijiste muchas cosas de mí y de mi trabajo".

Pasados los días, Matamoros reconoció algo: "Cuando ella ha sido presentadora he preferido no estar". Eso sí, confesaba que le gustaría hablar con ella a solas, como dos adultos y “sin teatralizar”.

Pasados los meses parece que la conversación que tenían pendiente se ha producido. Presentadora y colaborador han dejado claro que nadie ha echa ni veta a nadie y, por parte de ambos, han puesto el “contador a cero”.