A Kiko Matamoros le han pillado en Portugal. La pareja retoza en la arena ajena a lo que les rodea, nada les perturba porque están a lo suyo: Kiko acaricia la tripita de Marta, ella revisa luego los likes de su Instagram, él duerme quizá agotado por su viaje en caravana hasta allí… Y, pasada la siesta, echa crema a su chica no solo en la espalda, también en el ‘pompis’.