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‘Secret Story 2’ celebra este jueves una de las noches más míticas de nuestros reality shows, la de las visitas familiares. Una auténtica fiesta de reencuentros, emociones y sorpresas que, seguro, nos hace echar más de una lagrimita.
Es todo un clásico de los programas de convivencia que se celebró por primera vez en 2001, el año en que subieron a la casa de Guadalix de la Sierra los primeros familiares. Por aquel entonces, Telecinco estaba emitiendo la segunda edición de 'GH' y fue una jornada en la que hubo muchas risas y sentimientos a flor de piel.
Minutos después de la expulsión de Kaiet López y aún con el cuerpo frío por la despedida, los concursantes fueron llamados, uno a uno, por el Súper, quien fue sorprendiéndolos con las visitas de sus familiares. ¡Lo recordamos!
La primera sorpresa de la historia de nuestros reality shows la recibió Ángel Tous y fue su hermano, Alejandro Tous, el mítico protagonista de ‘Yo soy Bea’, quien subió a la casa de Guadalix de la Sierra para dejarle con la boca abierta.
El concursante no pudo abrazarlo, porque tuvo que conformarse con verlo a través de la televisión del confesionario, pero sí que pudo escuchar un mensaje suyo de lo más emotivos. Unas palabras que consiguieron arrancar algunas lágrimas del concursante.
Días antes de convertirse en la ganadora de la segunda edición de ‘GH’, Sabrina Mahí recibió una desconcertante sorpresa en el confesionario de la casa de Guadalix de la Sierra. El Súper le pidió que se pusiera un casco, con la promesa de hacer le vivir “una experiencia virtual impresionante”.
Nada más lejos de la realidad, ya que lo que en realidad hizo fue ver un vídeo que le había enviado una de sus mejores amigas. Pero la cosa no queda ahí, mientras ella estaba concentrada viendo el vídeo y ajena a lo que ocurría fuera, una amiga suya entró en el confesionario y empezó a hacerse fotos con ella, sin que se diera cuenta.
Cuando Sabrina Mahí se quitó el casco que tapaba sus ojos, encontró una fotografía debajo del sillón en el que estaba sentada y descubrió que su amiga había estado a escasos centímetros de ella y que no se había dado ni cuenta. ¡Menudo ‘sorpresón’ se llevó!
La tercera finalista de ‘GH 2’ protagonizó un momento de lo más emotivo en la noche de las sorpresas que se celebró en junio de 2001, ya que se reencontró con sus seis hermanas. Eso sí, ella tampoco pudo tocarlas y se conformó con verlas a través del espejo de la habitación.
A Fran García, el hombre a un albornoz pegado, se le llenaba la boca cada vez que hablaba de su amigo Muleto y, por ello, el programa quiso que fuera él quien subiera a la casa de Guadalix de la Sierra en la noche de las sorpresas familiares.
Nada más entrar al confesionario, Fran se encontró un plato de jamón y, justo después de comérselo, descubrió que quien lo había cortado había sido su amigo, Muleto, con el que protagonizó una surrealista y desternillante conversación.