No tiene reparos a la hora de contarlo, con el humor que le caracteriza. Su hermano necesitaba aprobar un examen para entrar en el colegio de los salesianos, pero no estaba preparado. Conclusión: ¡que él hizo el examen por su hermano! “No sé cómo lo hice que a los pocos días llegó una carta en la que decía que querían conocer a los padres de Jaime Revilla! Una anécdota de lo más divertida con la que todos se han partido de la risa.