La última entrevista de Paquirri 10 minutos antes de morir en Pozoblanco

En un momento en el que la Guerra Pantoja está más sangrante que nunca, ‘Ya es mediodía Fresh’ ha tenido acceso a la última entrevista que concedió Paquirri unos diez minutos antes de morir por una cornada del toro avispado en la plaza de toros de Pozoblanco. Una entrevista en la que el torero habla de sus deseos de futuro, de su mujer y de sus hijos…

Tan solo diez minutos de encontrar la muerte en Pozoblanco, Paquirri concedió una entrevista radiofónica en la que hablaba de su mujer y de sus hijos, entre otras cosas.

“Yo terminó la temporada aquí en España, y aquí en Pozoblanco que es un público sensacional y es un público buenísimo donde me gustaría venir el tiempo que me quede de matador de toros, que no es mucho, que no es mucho”, Paquirri no podía imaginar la triste certeza de lo que decía apenas diez minutos antes de la mortal cogida. Estaba en lo alto de escalafón taurino y en la cima de la popularidad mediática sin embargo, tenía 36 años y empezaba a decirse que ya no estaba en plena forma “Lo importante es que haya polémica, sea buena o sea mala, porque ya mala siempre hay. Salió en la televisión en el parte diciendo que Paquirri era un éxito. Diria que una retirada a tiempo es un éxito y yo creo que es una injusticia porque un señor no puede hacer un juicio de un profesional solamente por una tarde”.

Concedía esta entrevista desde el burladero y hablaba de que se iba a hacer las Américas mientras esperaban la salida de Avispado, el toro que le mató: “No me gusta decir la última, siempre me gusta decir la penúltima”, pero iba a ser la última. Cuando planeaba su retirada a dos años vista y según sus propias palabras se veía en un futuro junto a su esposa Isabel Pantoja: “Mi meta en dos años, hasta cumplir veinte años como matador de toros, sería en el 86 y si dios quiere, a partir de ahí, me voy a dedicar a mi familia, a mi mujer, a mis hijos y a mis negocios”.

Respecto a sus hijos, Paco no podía estar más orgulloso de los tres: “Divinos, que te voy a decir, mis hijos para comérselos”.