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J.J. Benítez y los secretos del fenómeno ovni: “Más de 100 civilizaciones no humanas nos visitan desde siempre”

J.J. Benítez, más de medio siglo buscando respuestas. Europa Press / Kike Rincon
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Hablar de Juanjo Benítez es hacerlo de uno de los más veteranos investigadores del fenómeno ovni en todo el mundo. Tras más de medio siglo dedicado a rastrear las huellas del misterio, buscando testimonios, documentos y evidencias que desafían las explicaciones convencionales, el escritor y periodista navarro de 79 años tiene clara una cosa: "Cuanto más investigo, menos sé". Eso sí, todo el saber que ha recopilado se encuentra en 'Están aquí' (Planeta), un volumen que aborda más de doscientos casos ocurridos en todo el mundo, muchos de ellos con información inédita.

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Mientras muchos medios se limitaban a reproducir comunicados oficiales, J.J. Benítez siempre ha preferido salir al terreno, recorrer archivos militares, bases aéreas y desiertos en busca de respuestas, construyendo al mismo tiempo una de las documentaciones más amplias sobre el tema ovni. Y si en 'Materia reservada' (1993) ya apuntaba a la implicación de los gobiernos de todo el mundo en el fenómeno, en esta ocasión va más allá y aporta nuevas pruebas y evidencias de que hemos sido visitados por civilizaciones no humanas.

En 'Están aquí' denuncia los y ocultamientos de las cúpulas militares de todo el mundo sobre actividad ovni. También cuenta que la reina Sofía le preguntó en los años 70 por qué no decían la verdad sobre este asunto. ¿Qué respondería ahora?

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Lo mismo que pensaba hace 30 años. Que hay una ocultación sistemática por parte de las cúpulas militares, siguiendo las órdenes de EEUU. Los militares lo han reconocido muchas veces. España es una colonia norteamericana en casi todos los aspectos. En 'Están aquí' lo que se hace es recoger información clasificada procedente de las cúpulas militares, especialmente de la española, donde se reconoce que durante muchos años se ha estado ocultando la información del tema ovni a la sociedad española sistemáticamente. Y cuando se produjo la segunda desclasificación de los archivos ovni en 1992, los documentos fueron manipulados, manipulados, tergiversados, anulados y censurados.

¿Hasta qué punto el secreto militar sobre los ovnis puede ser una forma de protección para la población más que un acto de censura?

Yo creo que las cúpulas militares no se preocupan en absoluto de proteger a la población. Hay un fenómeno real, naves de más de 100 civilizaciones no humanas que nos visitan desde siempre. Los militares lo saben, no pueden hacer absolutamente nada y la solución es guardar el secreto, ocultarlo o negarlo.

¿Cree que la sociedad está preparada para asimilar que no estamos solos?

No lo creo. La mayor parte de la sociedad humana está en otras guerras, está preocupada por otros asuntos. Yo lo comprendo, pero a esa mayoría no les preocupa excesivamente que estemos siendo visitados por civilizaciones no humanas.

En el libro recopila numerosos casos ovni registrados a lo largo de las décadas. Si tuviera que elegir los tres que más le han impactado personalmente, ¿cuáles serían?

Es muy difícil porque todos son interesantes, pero yo recuerdo un caso en una ciudad de Bulgaria, donde durante una semana entera una nave de unos 400 metros de diámetro, un disco, permaneció sobre la ciudad. Salieron los helicópteros, no pudieron alcanzarlo, los militares cortaron las calles, requisaron las cámaras fotográficas y lo vieron miles de personas. Otro caso interesante es el del cabo Valdés en Chile, que desapareció en una nave durante 15 o 20 minutos y reapareció en el suelo inconsciente y con una barba de cinco días. Su reloj de pulsera también estaba adelantado cinco días.

Hay otro caso muy importante. El 11 de noviembre de 1979 se vio una serie de objetos no identificados en el Mediterráneo, a la altura de Valencia. Un caza salió de la base de Los Llanos y estuvo una hora persiguiéndolos. El piloto, Fernando Cámara, me contó que cuando trató de pulsar el botón de la grabadora para filmar estas naves, esta quedó inutilizada. Era como si le leyeran los pensamientos.

¿Y si pudiera elegir un informe clasificado que de ser publicado íntegramente cambiara nuestra visión del fenómeno?

En estos momentos, según mis noticias, en los archivos del del Cuartel General del Ejército del Aire en Moncloa, puede haber unos 500 expedientes, probablemente más, todos ellos clasificados, secretos, nunca han salido a la luz. Como el ametrallamiento de un ser enorme de tres metros de altura en la base de Talavera, en Extremadura, por parte de tres soldados que estaban haciendo vigilancia por la noche. Se les presentó este ser, vaciaron las ametralladoras contra él y ni los proyectiles ni los casquillos aparecieron en ningún sitio. Uno de los soldados tuvo que ser hospitalizado con problemas en la visión.

Si mañana un país decidiera publicar toda la información que posee, ¿qué cree que ocurriría?

Pues no ocurriría nada, porque eso no va a pasar. No creo que los militares, de ningún sitio, acepten abrir sus archivos. Ya lo habrían hecho.

¿Qué papel cumplen los investigadores independientes como usted en este proceso de transición entre el secreto y la revelación?

Yo creo que somos notarios de la verdad, de lo que está pasando. Tenemos la obligación de investigar, tenemos la obligación de difundir lo que encontremos, porque esa información es de todo el mundo, no es nuestra.

En el libro cuenta que en el año 2002 sufrió un intento de envenenamiento por su labor investigadora. ¿Teme que alguna vez se pueda repetir?

Pues supongo que sí, especialmente por 'Están aquí', que es un libro de denuncia.

Después de 50 años en la investigación ovni, ¿qué le dice su intuición sobre las intenciones de estos visitantes?

La intuición me dice que no va a pasar absolutamente nada. Que no se va a producir el contacto oficial y público definitivo, porque entre otras cosas lo tienen prohibido.

¿Por qué lo tienen prohibido?

Porque no deben intervenir en la evolución de un mundo inferior. La tierra tiene un ritmo evolutivo pésimo, muy malo, pero es su ritmo evolutivo. Sospecho que estas civilizaciones que nos llevan miles de años de ventaja tienen prohibido intervenir porque alterarían el ritmo del planeta. Habría que revisarlo todo, esto sería un caos.