Derramar la sal da mala suerte: de dónde viene esta superstición

El origen de la teoría de que derramar sal trae mala suerte
  • Tras derramar la sal hay que echarse un poco sobre el hombro izquierdo para repeler la mala suerte

  • Esta superstición viene de lejos y está relacionada con el valor que la sal tenía antaño

  • ¿Por qué tiramos monedas a las fuentes?

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MadridUn exceso de sal en nuestra alimentación es malo para la salud, por eso muchas personas evitan excederse al cocinar e incluso sustituyen este elemento por otros condimentos con los que dar sabor a la comida, como las especias. Si no existen problemas de salud, una cantidad moderada de sal no tiene nada de malo, siempre y cuando evitemos derramarla, porque eso es signo evidente de que la mala suerte comenzará a acecharnos. 

Esta es una superstición que muchas personas creen cierta, tal vez por experiencias previas en las que tras dejar caer la sal han visto cómo la mala suerte venía a visitarles. Algo que seguramente pasó por no saber cómo contrarrestarlo, algo que en muchos lugares señalan que es sencillo, solo hay que echarse un poco de sal por encima del hombro izquierdo

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Los más cuidadosos puede que nunca hayan tenido que escuchar esta superstición y menos ponerle remedio; los más torpes no tienen tanta suerte, tal vez porque han derramado la sal en varias ocasiones. No obstante, son más las personas que conocen el remedio para evitar la mala suerte por tirar la sal que el origen de esta superstición, que puede convertir un momento distendido en la mesa en uno un tanto tenso solo por un mal gesto. 

De dónde viene la superstición de que derramar la sal da mala suerte

Esta es una de las supersticiones más antigua, también una de las más extendidas, y se basa en el valor que durante mucho tiempo tuvo la sal. Este mineral era muy valorado en la antigua Roma, cuando se usaba no solo para salar la comida, también para conservarla, también como moneda de cambio (el término salario tiene su origen en la palabra sal y servía para designar la paga de los soldados, porque la sal era uno de sus elementos). 

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El valor que tenía la sal hacía que derramarla fuera considerado como un gran desperdicio y eso era tomado como un mal presagio, dilapidar algo valioso atraía la mala fortuna. Para algunas culturas, la sal además era considerada símbolo de pureza y protección, se pensaba que protegía contra los malos espíritus, el acto de derramarse se asociaba con el desorden y el caos que podría atraer esos malos espíritus

La sal ha formado parte de muchas tradiciones y rituales en diversas culturas, y suele usarse para purificar y proteger contra el mal. La simbología de la sal derramada como un mal augurio también ha encontrado su camino en el catolicismo, de hecho en La última cena se recoge esta creencia que tanto tiempo llevaba circulando. En esta obra de arte de Da Vinci, se puede ver como Judas Iscariote derrama la sal con el codo antes de traicionar a Jesús. 

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Así, desde que la sal comenzó a ser considerada un elemento valiosos, derramarla ha sido entendido como un mal augurio, algo lógico si tenemos en cuenta que se empleaba como moneda de cambio y, en caso de caerse, no es nada sencillo de recoger.