Jubilación

Cómo redefinir tu identidad tras la jubilación: consejos para entender quién eres ahora

Preparados para la jubilación. Matt Bennett en Unsplash
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Durante décadas, el trabajo ha sido el eje central de tu vida. Has madrugado, te has implicado, has resuelto, liderado y gestionado. Pero, de pronto, un día, todo eso se acaba. Ya no hay que fichar. No recibes correos urgentes. No escuchas llamadas que atender. Estás jubilado. Y aunque puede parecer un alivio, muchas personas experimentan entonces una pregunta que no esperaban: ¿quién soy yo ahora?

La jubilación no es solo un cambio de rutina: es una transformación profunda de la identidad. El papel que ocupaba el trabajo en la definición personal es mayor de lo que creemos. Estudios como el de Colbert han identificado lo que se conoce como “identity distress”, o angustia identitaria: una sensación de vacío o desorientación derivada de la pérdida de roles sociales relevantes tras el retiro .

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Un análisis suizo ha revelado que, incluso entre personas de 70 años, el ámbito profesional sigue siendo uno de los ejes centrales de autodefinición. No es tanto que la jubilación borre esa identidad, sino que obliga a reconfigurarla en un contexto donde ya no existe la validación externa del entorno laboral.

Pero esta transición no tiene por qué ser traumática. Al contrario, ya que puede abrir la puerta a una redefinición más libre, menos condicionada por las exigencias productivas y más conectada con los valores personales. En un estudio publicado por la National Library of Medicine, investigadores concluyeron que la jubilación ofrece “una renovada sensación de propósito”, especialmente cuando se activan nuevos roles en el ámbito familiar, comunitario o creativo .

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Estrategias para reconstruirte

En esta etapa de la vida existen varias posibles estrategias que pueden ayudar a entender quién somos, y cuál será nuestro propósito futuro. Para ello, es importante reconstruir tu relato vital. Reflexiona sobre qué partes de tu identidad eran tuyas y cuáles estaban atadas al cargo o al reconocimiento externo. Según el Journal of Narrative Identity, una narrativa coherente ayuda a atravesar las transiciones con menos estrés.

También supone una oportunidad para potenciar el resto de aficiones e identidades que han quedado en segundo plano durante la etapa laboral. Músico aficionado, lector, mentor, abuelo, voluntario... Toda identidad es más rica cuando se diversifica. La investigación Groups 4 Retirement demuestra que una identidad plural favorece la adaptación emocional al retiro .

Otro concepto a tener en cuenta es el del identity bridging, que propone no cortar de golpe con el pasado laboral, sino trasladar sus valores a nuevos entornos: la precisión de un ingeniero puede derivar en restauración de muebles; el carisma de un docente, en actividades con nietos o asociaciones vecinales .

Finalmente, es importante tener presente que no hay que buscar entretenimiento, sino propósito. La diferencia entre llenar el tiempo y darle sentido es clave. Actividades con impacto, como el voluntariado o los proyectos personales, elevan los niveles de bienestar y autoestima.

La identidad también envejece, y eso es bueno

Aceptar que uno cambia no implica renunciar a lo que se ha sido, sino integrar nuevas capas a ese yo. Como dice el estudio, la identidad tras la jubilación se fortalece cuando se vuelve flexible. No se trata de reemplazar el rol perdido, sino de enriquecer el conjunto con nuevas formas de ser útil, valioso y activo .

En definitiva, jubilarse no es dejar de ser: es empezar a ser de otro modo. Con menos relojes, pero con más libertad. Con menos jerarquías, pero con más profundidad. Con menos validación externa, pero con más autenticidad. Como toda metamorfosis, da miedo. Pero también puede ser el inicio de una versión más plena de ti mismo.