Defecar en las piscinas, el reto viral que obliga a cerrarlas 17 veces este verano en Orduña y Sopela: "La situación es preocupante"
La presencia de heces en el agua de las piscinas se extiende por todo el Estado desde 2018
¿Qué está permitido y prohibido en las piscinas municipales?
BilbaoEn el municipio vizcaíno de Orduña se han visto obligados a cerrar hasta ocho veces sus piscinas municipales desde que abrieron el pasado 14 de junio para realizar labores de limpieza y desinfección. La razón es el hallazgo de heces en el agua que comprometen la salud de los bañistas. La misma situación se vive en la localidad costera de Sopela donde, en lo que va de verano, la piscina del club Arrietara ha tenido que clausurar sus piscinas por defecaciones hasta en nueve ocasiones, la última el pasado fin de semana. ¿Casualidad? No lo parece. Desde hace unos años, cada verano se repite el escatológico reto de llenar de heces las piscinas.
Al margen del descuido o desidia de algunas familias que no ponen pañales de agua a los niños más pequeños durante el baño. Lo cierto es que en redes se ha extendido un reto viral: defecar en piscinas. La propia definición de reto viral apunta a que se trata de una invitación a hacer algo extremo, arriesgado o doloroso, en la mayoría de las veces sin sentido. Tal cual está ocurriendo este verano en las piscinas vascas.
El Ayuntamiento de Orduña califica la situación de “preocupante” y advierte de que de repetirse un nuevo episodio de defecación en el agua, “nos veremos obligados a cerrar las instalaciones durante un periodo de entre 24 y 48 horas, con el fin de garantizar la seguridad sanitaria”.
En este sentido, llaman al civismo, al respeto y a la responsabilidad colectiva y, en concreto, a las familias con niños pequeños les piden que “presten especial atención a los más pequeños y hagan uso de pañales de agua cuando sea necesario”.
Entre 8 y 24 horas de cierre de piscinas por el reto viral
Defecar en una piscina compromete la salubridad del agua y la seguridad de los bañistas, además de suponer un importante coste económico y organizativo. Cada vez que se detectan heces en el agua, hay que desalojar la piscina afectada, retirar manualmente los restos visibles y poner en marcha el protocolo sanitario específico, que incluye: una cloración de choque del agua, la aplicación de productos desinfectantes y la limpieza del fondo mediante robot automático. Este proceso conlleva el cierre preventivo de la piscina durante un periodo mínimo de entre 8 y 24 horas, en función del tipo de contaminación detectada.
No es lo mismo intervenir en agua previamente tratada que en agua limpia, y en casos de heces l íquidas o muy dispersas, resulta imprescindible una limpieza más profunda que garantice la eliminación total de restos biológicos. La reapertura de la instalación solo se autoriza una vez verificados los niveles de cloro y demás parámetros físico-químicos, conforme a la normativa sanitaria vigente, garantizando así un entorno seguro y saludable para todas las personas usuarias.
Suscríbete a las newsletters de Informativos Telecinco y te contamos las noticias en tu mail.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.