El factor que más pone en riesgo la salud de tu memoria en el futuro, según un estudio
Hay cuatro factores que afectan negativamente a nuestra memoria
La soledad tiene un impacto directo sobre la pérdida de memoria en adultos mayores
La soledad 'controlada' es buena para la salud, según la ciencia
MadridEl cerebro es uno de los órganos del ser humano que no deja de sorprender a los investigadores. Muchos son los estudios que trabajan en busca de las claves de su envejecimiento. A medida que envejecemos la memoria se pierde, el profesor Charan Ranganath, director del Laboratorio de Memoria Dinámica de la Universidad de California (Estados Unidos) y uno de los neurocientíficos más importantes en el estudio de la memoria, asegura que el riesgo de que esto ocurra se puede minimizar.
El experto asegura que hay cuatro malos hábitos que tienen consecuencias directas sobre nuestra memoria y sobre las que se puede actuar casi de manera inmediata:
- No descansar lo suficiente por las noches tiene su efecto directo sobre la memoria. El neurocientífico, quien ha pasado 25 años estudiando cómo funciona el cerebro, explicó que el sueño también tiene una función restauradora. “Durante la noche, el cerebro no sólo expulsa elementos perjudiciales y recarga las baterías, sino que también organiza nuestros recuerdos”, asegura.
- Hacer muchas cosas a la vez se ve como algo positivo en la sociedad, no obstante, también afecta a nuestra memoria, pues si se hacen muchas tareas muy diferentes a la vez se utilizan muchas más neuronas, se pierde concentración y en muchos casos no se asimilan los conceptos completamente.
- Romper con la monotonía y la rutina es, según el experto, la mejor manera de intentar preservar la plasticidad. Contrario a lo que se pueda imaginar, el cerebro humano no está programado para recordar todo, es selectivo, "la mayoría de las experiencias que vivimos o de la información a la que hemos estado expuestos será olvidada", confirma Ranganath. Solo aquellas experiencias asociadas con miedo, ira, deseo, felicidad, sorpresa u otras emociones que sean capaces de liberar químicos como la adrenalina, la serotonina, la dopamina o el cortisol en nuestro cerebro terminarán fijados en nuestras neuronas. Estas sustancias químicas ayudan a la plasticidad del cerebro, la cual es fundamental para la memoria: "La plasticidad en el cerebro nos ayuda a realizar tareas, en especial aquellas que son repetitivas, de manera más eficiente"
- Creer que se tiene buena memoria no es real. "Las personas creen que su memoria es muy buena hasta que en algún momento de sus vidas se dan cuenta de que no es así", afirmó Ranganath, que asegura que el cerebro no está diseñado para recordar literalmente todo lo que vivimos. "El propósito de la memoria no es recordar el pasado, aunque pueda hacerlo, sino tomar la información importante del pasado que necesitamos para entender el presente y prepararnos para el futuro".
Soledad y memoria
Un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Waterloo confirma que el sentimiento de soledad en los adultos mayores aumenta significativamente el riesgo de pérdida de memoria, superando al aislamiento social como factor determinante. El estudio proporciona una visión detallada de cómo la soledad y la actividad mental impactan la memoria de los adultos mayores. Al destacar la importancia tanto de las conexiones sociales como de los desafíos mentales y físicos.
El estudio, publicado en julio de 2024 realizado por la Dra. Lisa Feldman Barrett, observó a cuatro grupos de adultos durante seis años para analizar los efectos de la soledad y el aislamiento social en la memoria. El equipo de investigación clasificó a los participantes en cuatro grupos: aquellos que estaban socialmente aislados y solos, aquellos que solo estaban socialmente aislados, aquellos que solo se sentían solos y aquellos que no experimentaban ni aislamiento social ni soledad.
Los resultados mostraron que el grupo que enfrentaba ambas condiciones, aislamiento y soledad, presentó el mayor deterioro de la memoria. Sin embargo, la soledad por sí sola también demostró ser un factor de alto riesgo, ocupando el segundo lugar en términos de impacto negativo en la memoria.
Los investigadores hacen hincapié en la capacidad del cerebro humano para la plasticidad, es decir, su habilidad para cambiar y adaptarse a lo largo de la vida. Según Barrett, esta capacidad dura toda la vida, permitiendo a las personas aprender nuevas habilidades en cualquier momento, precisamente por eso es necesario mantener el cerebro activo a través de nuevas experiencias y desafíos mentales.
Una de las formas más efectivas para fomentar la plasticidad cerebral es enfrentarse a nuevas experiencias y actividades. Barrett afirmó para el estudio que cada vez que una persona se encuentra con algo inesperado o útil, su cerebro intenta aprenderlo. Las neuronas se adaptan y cambian en respuesta a estos estímulos, lo cual es esencial para mantener la agilidad mental y prevenir la pérdida de memoria.
El estudio de la Universidad de Waterloo asegura que las relaciones sociales son tan importantes como la actividad mental individual. “Conocer gente nueva y establecer conexiones sociales puede mejorar la plasticidad cerebral, ya que todas estas actividades suponen un desafío metabólico que, con el tiempo, se convierte en una inversión en una vida más saludable y fuerte. La interacción social, especialmente cuando involucra conversaciones y actividades estimulantes, puede ser tan beneficiosa como cualquier otro desafío mental”, confirma la doctora encargada del estudio.
