María Lapiedra: “Pipi decía que quería tener hijos conmigo y ahora me niega"

telecinco.es 29/01/2010 17:15

María Lapiedra apareció de nuevo, esta vez en Sálvame Deluxe, para intentar mostrar algo de luz sobre la supuesta relación que mantiene desde hace unos meses con el periodista friky-deportivo Pipi Estrada.

Éste es el testimonio de María, tras verse nuevamente desmentida por Pipi, que a su vez afirma no conocer de nada a esta chica.

Aquí os muestro el texto escrito íntegramente por ella, y que está aderezado por unas fotos que nos recuerdan a aquellas que en su día se publicaron en la revista 'Qué me dices':

"Cuando Pipi Estrada se enteró de que había abandonado a Ramiro Lapiedra le pidió a Pepe Navarro que le diera mi teléfono. Nunca antes había hablado con Pipi. Por eso me sorprendió recibir su llamada:

-"A Miriam ese mediocre de Ramiro le hizo lo mismo" -me dijo-. "Como sé que no eres de Madrid y que aún no tienes amigos aquí, cuenta conmigo para desahogarte. Me gustaría ayudarte y escucharte".

Le creí. Jamás pensé que lo único que quería hacer conmigo era llevarme a la cama. Por aquel entonces Pipi estaba viviendo felizmente con Miriam (la ex estrella porno Lucía Lapiedra), tenían una hija y por la tele ejercían de familia ideal. De verdad que me sentía muy sola en Madrid y necesitaba hablar con alguien, en eso Pipi había dado en el clavo.

-"Gracias Pipi. Podemos quedar en un bar para hablar un rato" -le pedí- "de verdad que me haría bien".

-"¿En un bar?" -respondió Pipi- "¡Nooooo! Soy muy famoso. La gente me molesta mucho cuando voy por la calle. Mejor vente a mi casa. Miriam está ahora concursando en "Supervivientes", no nos molestará nadie".

Llamadme ingenua. Pero fui a su casa. Aún no sabía que Pipi, a pesar de su edad, es un buitre en celo. Siempre necesita tener una mujer con quien practicar sexo. Nos utiliza.

Cuando llegué al hogar de Miriam y Pipi, éste comenzó a acariciarme las piernas. Me daba un poco de asco.

Yo le contaba los malos tratos que había sufrido de Ramiro y él sólo pensaba en llevarme a la cama. De pronto, nos quedamos mirándonos fijamente a los ojos, él me besó, y no supe decir que no.

Juro que no me apetecía nada tener sexo con él, pero estaba en su casa, a solas, y cualquiera le dice que no en el estado de excitación en el que se encontraba. Jamás le volví a verle tan excitado. Quizás era porque Miriam estaba en la isla y él llevaba mucho tiempo sin tener sexo; o más bien porque le daba morbo acostarse con la rival de Lucía, a la otra "Lapiedra". Todo el rato, mientras nos acostábamos, decía:

-"¡Qué morbo!, ¡Qué morbazo!"

Aquella tarde se desahogó conmigo. Y no me volvió a llamar.

Como venganza fui a la tele a contarlo todo. Pero él lo negó, dejándome como una mentirosa y una puta. Yo no soy ninguna de las dos cosas. Él sí.

Nos volvimos a ver un año después, de casualidad. Recuerdo bien la escena: él estaba solo, sentado en la zona VIP de la discoteca "New Garamond", bebía un botellín de agua y nadie le hacía caso, a pesar de lo famoso que era. Era como un payaso de la tele que no hacía gracia a nadie. Iba vestido de traje y corbata y era el más viejo de toda la discoteca.

La verdad es que Pipi ofrecía una estampa bastante patética. En cuanto me vio fue a por mí. Medio lloroso aseguró que estaba destrozado psicológicamente, que Miriam era una mala madre que sólo pensaba en salir de juerga, que le era infiel, que necesitaba hablar con alguien… Que había dejado a su hija con la niñera porque él también necesitaba divertirse.

Yo estaba bastante molesta con él porque me había negado en la tele, a pesar de lo complaciente que había sido con él. Pero empezó a emborracharme, a decir cosas divertidas, a reírse de Miriam, a "camelarme" y de pronto nos estábamos besando de nuevo.

Esta vez sí que quería acostarme con él para ver si tenía huevos de negarlo luego en la televisión. Me lo llevé a mi casa y, nada más entrar, lo hicimos en el suelo como desesperados. Él estaba muy necesitado y por eso acabó en seguida. Me sentí como una prostituta con su cliente.

Siempre lo hacemos sin preservativo. Él se chuleaba diciendo que no había condones de su talla y que le apretaban. Yo no tomaba anticonceptivos. Me pudo pegar cualquier cosa.

Tras ese medio minuto, quedó rendido y se fue a dormir a mi cama. Al día siguiente, cuando se levantó me dijo que "ya me llamaría". Nunca lo hizo. Volví a la tele a contarlo y él, otra vez, lo negó todo.

Nueve meses después Pipi se entera de que me he ido a vivir cerca de su casa, y me llama por teléfono:

-¿Me invitas a tomar un café? -me pidió.

Yo acepté. Estaba muy nerviosa. No sabía por qué. Cuando llegó a mi casa lo primero que hizo fue darme un beso en la frente y ponerse a enseñarme las fotos que tiene de su hija guardadas en el iphone.

-Qué bonita es -señalé.

-Mi hija es mi vida, -respondió- como tú.

Y me besó en la boca. Me tomó en brazos y me llevó a la cama. Esa vez disfruté. Aún no sé por qué pero, de pronto, comprendí que Pipi me gustaba. Hicimos el amor durante horas.

Mi vecina tocó en la pared, porque estábamos causando mucho escándalo. Él se rió de ella y miesntras estábamos en la cama daba golpes en la pared para molestarla más. Parecía un niño malo de la escuela.

Tanto disfrutó que empezó a venir a mi casa a diario. Me hacía regalos, los dos nos compramos dos perritos iguales: el mío se llama “Dani”, el suyo “Pichón”. Pipi me decía que me amaba, que estaba loco por mí, que quería tener hijos conmigo… por eso siempre hacíamos el amor sin tomar ningún tipo de precaución… ahora, visto lo visto, pienso que si me hubiera quedado embarazada Pipi me hubiera pedido que abortara. Pero entonces queríamos estar más unidos que nunca.

Pasaron meses. Me enamoré de Pipi. Y si me hubiera pedido matrimonio me hubiera casado con él sin dudarlo.

Al cabo de un tiempo nos llamaron de la tele. Los de "Sálvame" querían que contáramos nuestra relación. Montó en cólera. Me pidió que no fuera.

Le pregunté por qué... ¿Por qué teníamos que ocultarlo? Él estaba separado de Miriam desde hacía meses. ¿Por qué tenía que negarme Pipi otra vez?

Y me contestó que Miriam me tenía envidia. Que si se enteraba no le dejaría ver a su hija. A mí todo eso me sonaba a excusas. Yo quería tener a Pipi sólo para mí. Ser novios de verdad.

Cuando fui a la televisión él estaba en el plató, esperándome. Lloré en el plató. No pude evitarlo. Con ésta me había negado ya tres veces. Pero sentí que en esta ocasión era la definitiva. Porque yo estaba enamorada de él. Me había fallado de un modo que nunca antes había sentido. Pipi me había roto el corazón.

Durante el programa emitieron el video que un paparazzi había grabado de uno de los tantos días que Pipi y yo habíamos salido de mi casa y nos habíamos despedido con algún que otro beso. Pipi quedó como el mentiroso profesional que es, y trató de desacreditar el vídeo, pero no hizo más que quedar en ridículo y perder credibilidad.

Esta vez Pipi había perdido. Pero yo también, ya que sigo pensando en él y no lo tengo a mi lado. Estoy enamorada de Pipi.

Gracias María por tu testimonio

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