Hoy, en el Pasillero: me llevan a una mansión y me como unos choricitos

telecinco.es 16/12/2009 15:37

Me enviaron aquí hace cosa de unos días. Estaba yo al borde de la piscina intentando ver mi reflejo como Narciso (que por cierto acabó muriendo ahogado por repetir demasiado esa práctica y eso es algo de lo que debemos aprender todos) cuando dijo la voz de Blanca Portillo:

-¡Es la pera esta casa! Ahora, que yo no viviría aquí.

-¿No tienes una igual? -le dijo la voz de David Muro. David Muro es Roberto en Escenas de matrimonio y el dicharachero presentador de Toma Cero, en el que se pasa una hora lanzando pícaros y españolísimos piropos a las azafatas y mirándoles el canalillo-. Pues todos en Telecinco tenemos una.

-Es que yo no trabajo para Telecinco -replicó Blanca.

Mujer, pues yo creo que tu serie (Acusados) no se emite precisamente en Cuatro (y gracias a Dios para ella, que entonces a ver cómo pagaba el alquiler). Aunque Blanca hizo esta apreciación, imagino, porque ella hace cine con Almodóvar y también teatro por un tubo últimamente. Fijaos cómo son las cosas, hay algunos actorzuchos salidos de un anuncio de Telepizza que hacen una peli con Medem o cualquier otro iluminado, se creen los reyes de la gran pantalla y sueltan pestes de la tele. Y sin embargo Blanca trabaja con gente de fama internacional y no tiene problemas de autoestima a la hora de volver a la tele. He ahí la diferencia entre los actores y las estrellitas insoportables. Algunos deberían aplicarse el cuento. A lo que iba: Blanca y David eran dos de las caras de la cadena a las que habían subido a esta casa porque estaban grabando el spot navideño de Telecinco. Hace unos días me comunicaron mis jefas algo que ya se ha convertido en constante y leit motiv de mis aventuras por aquí:

-Pasillero, te enviamos al quinto pino.

-NOPORFAVOR -chillé todo junto. La última vez que me enviaron al quinto pino me bajé de un autobús a la altura de Moraleja de Enmedio (nada que ver con La Moraleja de toda la vida, bien lo sabe Dios) y hube de caminar bajo la lluvia y el frío durante media hora para llegar a una nave industrial en medio de la nada, de la Nada de Enmedio, porque resulta que allí, según el señor de la gasolinera y las señoras del 11888, los taxis no llegan. Temblé ante la idea de que se repitiese tan dramática experiencia. Pero no, me llevaban en coche, me informaron. No di crédito-. ¿Seguro que el coche es para mí? -les pregunté.

-Está esperando fuera.

-¿Seguro que el coche es para mí? -volví a preguntarles.

-Que sí.

-¿Seguro que el coche es para mí? -pregunté al conductor cuando íbamos camino de Ciudalcampo.

Ciudalcampo es una urbanización, digamos, MUY CUQUITA que hay muy al norte, al norte, al norte, con mucha vigilancia, jardines impolutos y mansiones grandes. Es una de esas que sólo salen en dos tipos de películas: en las comedias familiares en las que no pasa nada o en los thrillers de psicópatas en los que se muere todo el vecindario. Pero en esta ocasión, qué cosas, también sale en el spot navideño de Telecinco, que se grababa en uno de aquellos casoplones. Aparte de unos cuantos pisos, la casita contaba con una piscina de esas a las que puedes tirarte desde el mismísimo sofá del salón y tres perros, a decir la verdad, bastante feos, de estos que parecen ovejas.

-Huy, esta casa es de Ana Rosa, por lo menos -exclamé yo dando un silbido y poniendo los brazos en jarra al llegar al salón principal. Me informaron de mi error: la casa es de un tal Goyeneche, arquitecto, y se alquila habitualmente para rodajes. Allí se habían rodado ya escenas de Real Madrid: la película y de algún anuncio de Shisheido. El lugar estaba lleno de celebridades de la cadena -Pedro Piqueras, Christian Gálvez, Emma García, un actor de La que se avecina cuyo nombre no recuerdo, Nathalie Seseña, Maxim Huerta, Jorge Javier... Ana Rosa había sido la primera en grabar y ya se había largado. Well, there's class and then there's class, eso lo cantaban los Pretenders. Tal vez por eso pensé que aquella era su casa, porque no se la veía por ningún lado.

Junto a las caras famosas también estaban los actores. Cuando digo actores me refiero a:

1. los figurantes

2. los camareros

Los primeros hacían bulto al fondo de la imagen y los segundos nos ofrecían algún que otro canapé entre toma y toma. La mayoría eran bastante hermosos y hermosas, de ahí el motivo por el cual los veréis al fondo de la imagen, bien difuminaditos, detrás de los famosos.

La trama del anuncio es la siguiente, según me han contado (porque no lo he visto todavía mientras escribo esto): una pareja discute, él llega tristísimo a su casa y allí se encuentra con todas las caras de su cadena amiga, que le reciben con sonrisas y, al final, le señalan a su novia, que está allí dispuesta a reconciliarse con él.

Si yo llego un día a mi casa y me encuentro allí a todos los presentadores de Telecinco mirándome con una gran sonrisa lo primero que hago es sufrir un ataque al corazón y lo segundo llamar a la polícía para que los meta a todos en la cárcel por allanamiento de morada.

Y si descubro que ha sido mi novia la que les ha abierto la puerta para que pasen le exijo que me devuelva mis llaves y luego la abandono (que me temo que si ese fuera el caso yo la iba a terminar abandonando de todos modos, pero eso es otro asunto).

Si alguna vez habéis estado en un rodaje de cualquier cosa sabréis que un rodaje es un auténtico TEDIO. Una cosa horrible en la que el 90% del tiempo consiste en esperar y el 10% en repetir varias veces una misma escena, que puede ser la de un actor girándose para reaccionar con sorpresa ante algo que ni siquiera tiene delante. El resultado: los rostros de tu cadena amiga estaban allí, aburridísimos, esperando a entrar en escena para largarse enseguida.

Maxim Huerta, por ejemplo, no sólo estaba aburrido de esperar a que llegase su turno sino muy preocupado porque esa misma noche se celebraba la fiesta navideña del programa de Ana Rosa e iba a llegar tarde.Y apuraba a Jorge Javier, que había repetido su toma cuatro veces, gritando:

-¡Como le ha gustado quiere repetir!

Aunque Jorge Javier no debía de estar tampoco muy contento de estar pasando la noche en una mansión a las afueras, porque cuando llegaba lo hizo advirtiendo lo siguiente:

-TRINI, RUEDO MI ESCENA Y ME LARGO.

Ay, la Navidad, esa época de buenos sentimientos en la que todos están dispuestos a ayudar un poquito. Ahora entenderemos por qué los actores cobran tanto: por esperar. Atención, que divago: y debe de ser por eso que se enamoran y copulan tanto en los rodajes, ojo, porque de ocho horas que pueden estar esperando en su caravana a que les llame el director para soltar sus frasecitas, ¿qué van a hacer? Pues flirtear con la actriz de la caravana de al lado y acostarse con ella. Bueno, aunque tratándose de actores y actrices lo más probable es que se acuesten con alguien de su mismo sexo, eso lo sabemos todos aunque no lo dicen nunca por la tele.

En el sótano, junto al garaje y junto a una barquita que el dueño de la casa tenía allí tapada esperando a sacarla en verano, estaba la comida. Había unos deliciosos minichoricitos, tortilla, sandwiches, pizza y tarta de chocolate.

-Está riquísimo el rosbeef -me dijo Alicia Borrachero, que estaba por allí atacando desde el borde de la mesa.

Muy navideño el rosbeef, pero a mí no me gusta nada. Los perros con pinta de oveja, que correteaban alrededor, parecía que no pensaban lo mismo. Por último debo decir que Jordi González y Carme Chaparro me informaron de que leían el blog del Pasillero y a mí eso me llena de alegría. Mi parroquia de lectores es pequeñita, pero tiene celebridades entre ellos. ¡Viva! Seguro que Marta Sánchez no puede decir lo mismo en ese blog birrioso que tiene ella.