El Pasillero, volumen III.

telecinco.es 01/09/2009 20:52

Amiguitos todos,

buenas tardes. Vuelvo de mi retiro espiritual a seguir contando qué se cuece por aquí. Aquellos que no conozcan el blog deben saber que me dedico a pasear por Telecinco, contar lo que se cuece por los pasillos e intentar robar bolis, botellitas de agua y atrezzo de los platós. Aquellos que ya me venían leyendo de antes saben que contar no cuento mucho, me dedico a hablar de mí mismo más que otra cosa y que robar, tampoco robo gran cosa, aunque las últimas navidades me llevé unas orejas de reno de gomaespuma. La nueva temporada televisiva promete grandes cosas: empieza un Gran Hermano Gran Hermanoque se supone será diferente, Sálvame Sálvamese ha asentado como el gran contenedor de los gustos e ilusiones de los españoles y ocho mil nuevos realities harán que surjan nuevas estrellas televisivas que nos hagan olvidar a las de la temporada pasada, de las que ya no nos acordamos de todos modos.

Hoy en cuanto llegué una cara conocida y querida de la cadena me habló de esa rueda de prensa de la que Vertele sacó este titular de boca de Susanna Griso: "Espero que Ana Rosa no me odie por hacerla medrugar más".

-A Ana Rosa le molestó mucho -me dijo. Y luego aludió al hermosísimo 19% que había hecho ayer su jefa-: Ahora esperemos que no nos odie ella, que ha hecho un 11%.

¡Jojojo! Recordemos, eso sí, que Vertele es la web que podéis leer sólo después de haber leído primero Telemanía. Por aquí están bastante contentos porque parece que las cosas marchan bien y no tendremos que acabar el año comiendo pan seco en el comedor. Aún así, se han hecho notar algunas medidas anticrisis. Y esta es la que más me chincha:

No te fastidia. Antes estaba abierta SIEMPRE. Mi donut de las doce y mi cruasán de las seis serán a mayor gloria del McDonald's con McAuto que hay doblando la esquina un kilómetro más abajo, en la gasolinera, o en el bar de enfrente, ese donde un día entrevisté a Paqui Peña. Nótese que algunos alimentos decoran el cartelito. "ESTOS ALIMENTOS QUE DE DIEZ A UNA NO PODRÁS COMER, JA, JA, JA", debería rezar un pie de foto. Pues mira tú.

Una compañera, la misma que estaba presente cuando un perro se meó durante una visita del Duque a telecinco.es, se quedó hoy tirada con su coche el pleno parking de Telecinco y tuvo que venir una grúa. El señor de la grúa, tras arreglar el problema, le preguntó a la muchacha:

-¿Ha llegado ya Belén Esteban?

Y preguntó a continuación:

-¿Puedo quedarme un rato a ver si la veo?

Mi compañera calló. Cerca del parking también descansaba hoy el furgón del dinero:

Asaltarlo cuando está aparcado en Telecinco se salta las reglas del concurso, al parecer. Nos lo dijeron hoy a un grupo de intrépidos que íbamos directitos hacia él con antorchas y martillos. Yo sospecho, de todos modos, que el dinero ni siquiera está dentro de verdad.

Ya todos sabéis que el plató de Sálvame se empezaba a quedar pequeño para tanta magnificencia y se han mudado a otro que tiene hasta zona de merienda, con uno de esos gatitos que mueve la mano arriba y abajo y hace clin clón clin clón clin clón. Está sito -qué valor- en el que anteriormente fue el PLATÓ MALDITO DEL HORROR Y EL TERROR, donde los programas fracasaban sin tregua: la última etapa de Está Pasando, ¿XQ no te callas? -se me ponen los pelos de punta al recordarlo-, El juego del Euromillón, Las gafas de Angelino -muchacho que se convirtió después, como ya todos imaginábamos, en un habitual de las discotecas de la modernidad madrileña-. Pues seguro que acaban con esta tendencia.

Por otro lado algo muy bonito está ocurriendo en el plató que antes acogía a Sálvame.

Me explico: resulta que yo llegué hoy ilusionado pensando que allí iba a grabarse G-20, porque los anuncios que se emiten con imágenes del piloto que se grabó hace algún tiempo tienen toda la pinta de haberse hecho allí. Pero resulta que se va a grabar en Barcelona, lo cual echa al traste mis esperanzas de ver en directo como Risto pone verde a Fernando Alonso. En cualquier caso al plató han vuelto a ponerle todas las butacas a un lado, una plataforma redonda en el centro, la pantalla gigante al fondo y unos focos de estos para crear ambiente intensito por los lados. Voilà: El juego de tu vida. El que un día fue el mejor programa del mundo, actualmente segundo tras Sálvame, volverá en breve.

Ya pueden poner toda la carne en el asador, eso sí. Desde que Rosa de Benito -creo- preguntó a Belén Esteban si los tangas que habían aparecido entre la ropa de Andreíta a su regreso de las vacaciones con papá estaban limpios o sucios, es posible que las preguntas de El juego de tu vida no nos hagan ni levantar una ceja.

No he tenido valor de hacer fotos en el plató de Gran Hermano cuando me pasé por allí esta mañana. Comprobé la importancia que la cadena da a este reality el año pasado, cuando me pidieron acreditación y me encasquetaron la posterior identificación como trabajador de Telecinco para acceder al plató el día del estreno. En cualquier otro reality uno puede colarse como Pedro por su casa y, si me apurais, sentarse al lado del presentador a comer el bocadillo y beberse la Coca Cola. Pero Gran Hermano está mucho más mimado y vigilado que los demás, así que me amedrenté antes de sacar la cámara hoy en un plató lleno de técnicos y jefazos.

Diré que el decorado es diferente al de años anteriores, entre azulito y marrón. Tiene unos árboles blancos, sin hojas, como invernales y nevados, para recibir a los concursantes expulsados que no llegué a entender muy bien. Yo sólo espero que algún concursante díscolo trepe por ellos en un ataque de ira y se niegue a bajar. Espero, de hecho que todos los hagan. Sería bonito que esta nueva era incluyese a doce concursantes psicópatas, malignos y con un fondo miserable. Iván, Chiqui y Orlando me aburrieron soberanamente.

Este año, por cierto, los de la web se han lucido y se podrán ver 10 horas al día de la casa en directo en la web. ¡Ah, qué maravilla y qué alboroto!

A eso de la una de la tarde, cuando el plató de Ana Rosa se había quedado vacío ya, llegó Esperanza Gracia para grabar su horóscopo nocturno. Me alegré mucho al ver que mi signo del zodiaco estaba en el número uno. Luego pensé que a lo mejor esta grabación no se emitirá hasta enero del 2012 y me entró una aprensión muy molesta que sólo se acrecentó al ver el menú del comedor: dorada a la plancha y judías. En la cocina sí que saben cómo estropear una reentré.

Y bien, que os lo debo: vista la avalancha de mensajes que se preocupaban por mi salud y exigían la vuelta del Pasillero para entretener y alegrar al pueblo español, me explico. Lo de desaparecer sin decir nada fue el golpe de efecto más original que se me ocurrió tras sopesar muchas posibilidades para despedirme durante agosto, entre las que consideré inventarme una extraña enfermedad tropical que me encogía la cabeza, anunciar mi contrato (JAJAJAJA) por parte de alguna cadena enemiga o simular mi propia muerte a manos de un lector furioso a base de hachazos y repetidas faltas de ortografía.

Al final me dije: qué demonios, me voy sin decir ni mú. A la francesa, que se dice, como cuando uno abandona una fiesta sin hacer ruido y por la parte de atrás para no aguantar que un montón de conocidos -y desconocidos- borrachos le pidan que se quede, a sabiendas de que nadie le echará de menos en cuanto haya conseguido salir.

En realidad me puse enfermo. Lo de la enfermedad tropical no va del todo desencaminado si consideramos que por Ecuador, Perú, Colombia y toda esa zona de por ahí también deben de tener amigdalitis de vez en cuando, sobre todo con la de aire acondicionado que consumirán. Esto ocurrió la última semana de julio, justo después de que me encontrase por los pasillos a los trillizos Frigenti, que el otro día salían del armario -me pregunto qué falta hacía- en Sálvame.

Cuando me recuperé ya era agosto y ya me encontraba, por lo tanto, en el Retiro de Pasilleros donde me envían todas las vacaciones y me suelo encontrar con la pintamonas de la Pasillera de Cuatro y el mongolo de mi hermano gemelo, que trabaja en La Sexta. Me he dado cuenta de que esa historia quedó sin concluír. Algún día contaré el desenlace, con angostos acantilados de por medio. Pudo haber acabado en tragedia.

En el Retiro de Pasilleros no nos dejan acercarnos a un ordenador para que nos centremos en lo que nos tenemos que centrar, que son las carreras de sacos y las clases de protocolo (que se reduce a dejar pasar primero a los presentadores y no chocar contra los decorados). Tras estas aclaraciones, que eran innecesarias pero las hago porque soy buena persona y vengo de buen humor tras comer mucha empanada, termino por hoy.